Virtudes Prusianas

VIRTUDES PRUSIANAS (Brandenburgo-Prusia, Alemania):
Perfecta organización * Sacrificio * Imperio de la ley * Obediencia a la autoridad * Militarismo * Fiabilidad * Tolerancia religiosa * Sobriedad * Frugalidad * Pragmatismo * Puntualidad * Modestia * Diligencia

viernes, 18 de septiembre de 2009

Para quien lo dudaba: Hollywood es la ramera de Israel , y ¿ Cómo no ? Si es de judíos

Ya es largamente sabido que Hollywood e suna maquinaria d epropaganda prosionista, pro judía y pro Israelí, muchos lo dudaban (tantamente) pero este nuevo y demencial llamado para apoyar a Israel a toda cosat a pesar de ser un estado aseisno y criminal nos ha ayudado a ver claramente, la máscara ha caido más aun.

La polémica y desenmascaramiento surgió a raiz del festival de cine de Toronto.

Esos imbéciles creen o hacen que toda crítica (normalmente fundada) a su régimen, costumbres y tradiciones xenofobas, supremacistas, criminales y asesinas es ser ANTI, no brutos es simplemente mostrarles que están completamente orates en sus manias Talmudistas, sionistas o las que tengan.



http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-15240-2009-09-10.html

Por Luciano Monteagudo
Desde Toronto

Los números siempre impresionan en el Festival de Toronto. Pero también los nombres propios, que no tienen nada que envidiarle a Berlín, Cannes o Venecia, con el que este año el festival canadiense se superpone en el calendario más que en otras temporadas, al punto que hace más ajustado que nunca el tráfico de películas e invitados entre la tradicional Mostra a orilla de los canales y esta ciudad bastante más prosaica. Pero no menos cinéfila, evidentemente, si se considera que a partir de hoy y hasta el domingo 20 casi medio millón de espectadores, entre público y profesionales de la industria, pasarán por sus salas, cubiertas o al aire libre.

Los paparazzi y los cazadores de autógrafos, que nunca faltan, tendrán con qué entretenerse en la alfombra roja del Roy Thompson Hall y del Elgin Theater, las dos salas mayores del festival, reservadas casi en su totalidad a las llamadas “Galas”, con las que Toronto se asegura el desembarco masivo de Hollywood y su sociedad del espectáculo. Un Hollywood que desde hace más de una década aprovecha al festival canadiense como plataforma de lanzamiento para su propio mercado estadounidense e incluso para las precandidaturas al Oscar, que en Toronto están a la orden del día. Según la oficina de prensa del festival, aquí estarán estos días George Clooney, Matt Damon, Nicolas Cage, Penélope Cruz, Colin Firth, Colin Farrell, Michael Douglas, Michael Sheen, Sir Michael Caine, Naomi Watts, Ellen Page, Woody Harrelson, Demi Moore, David Duchovny, Mariah Carey, Jennifer Connelly, Paul Bettany, Paul Dano, Eva Green y, last but not least, el azulgrana de exportación y ahora también editor de poesía argentina contemporánea Viggo Mortensen.

Mientras las columnas de chismes de los principales matutinos canadienses –que, de manera un poco provinciana, todavía tienen unas “plumas” equivalentes a lo alguna vez fueron en Hollywood Hedda Hopper y Louella Parsons– se hacen un festín con esa gente y se dedican a cubrir la noche de la ciudad, con sus fiestas y limusinas exclusivas, desde primera hora de la mañana el festival ofrece –a su público y al millar y medio de críticos y periodistas de cine de todo el mundo que desembarcan en la ciudad– un abanico de posibilidades que no es caprichoso comparar con el de un supermercado del cine, donde se pueden encontrar cortos y largometrajes, ficciones y documentales, instalaciones y clásicos.

La dificultad está, en todo caso, en orientarse en un festival semejante, que a diferencia de los grandes encuentros europeos no tiene una competencia oficial y que reparte su inmensa selección de estrenos y novedades en casi veinte secciones. En Masters, por ejemplo, están, como su nombre lo indica, las películas de los directores consagrados, como Air Doll, del japonés Hirokazu Kore-eda; Antichrist, del danés Lars von Trier; Carmel, del israelí Amos Gitaï; Singularidades de uma Rapariga Loura, de Manoel de Oliveira; Les Herbes folles, del francés Alain Resnais; Melody for a Street Organ, de la rusa Kira Muratova; Vincere, del italiano Marco Bellocchio; Vision, de la alemana Margarethe von Trotta; White Material, de la francesa Claire Denis, y Das weisse Band, del austríaco Michael Haneke.

En las secciones Visions y Vanguard, por su parte, se reparten las novedades de los directores de punta, por caso Visage, del taiwanés Tsai Ming-liang; Independencia, del filipino Raya Martin; Irène, de francés Alain Cavalier; Nymph, del tailandés Pen-ek Ratanaruang; Morrer Como Um Homem, del portugués Joao Pedro Rodrigues, y Trash Humpers, del indie estadounidense Harmony Korine, entre muchos otros bien conocidos por el público del Bafici. A su vez, los experimentales (Heinz Emigholz, Harun Farocki, Ernie Gehr, Michael Snow) se exponen en la vidriera de Wavelengths.

Y todo lo que no cabe aquí o allá va a parar a dos grandes cajones de sastre que son Special Presentations y World Contemporary Cinema, que este año incluyen Bad Lieutenant: Port of Call New Orleáns y My Son, My Son, What Have Ye Done, de Werner Herzog; Bright Star, de Jane Campion; Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar; Capitalism: A Love Story, el nuevo documental de Michael Moore; Hadewijch, de Bruno Dumont; The Hole, de Joe Dante; The Informant!, de Steven Soderbergh; Life During Wartime, de Todd Solondz, y el estreno mundial de A Serious Man, de los hermanos Joel y Ethan Coen, entre muchísimos otros.

La que no comenzó con buena estrella es la nueva sección City to City, dedicada a “la experiencia urbana contemporánea” de una ciudad determinada a través del cine. La primera homenajeada resultó ser Tel Aviv, que esta temporada celebra su centenario, y a la que el festival evoca con films de Niv Klainer, Uri Zohar y Eytan Fox, entre otros cineastas israelíes. Pero el director canadiense John Greyson, considerando que este homenaje a Tel Aviv no había nacido como una decisión artística independiente del festival sino como parte de una campaña promocional israelí para reparar su imagen internacional, retiró su cortometraje Covered de la programación de Toronto.

Y no sólo eso: en pocos días consiguió una carta de apoyo de cincuenta cineastas y figuras de todo el mundo que también condenan la decisión del festival. Entre ellos, se destacan los nombres de Ken Loach, David Byrne, Jane Fonda, Slavoj Zizek, Danny Glover y Naomi Klein. “No cuestionamos individualmente a los cineastas israelíes incluidos en la sección City to City”, afirma la carta. “Tampoco sugerimos, de ninguna manera, que el cine israelí no sea bienvenido al Toronto Internacional Film Festival. Sin embargo, y especialmente después del brutal ataque a Gaza de este año, objetamos el uso de tan importante festival internacional para montar una campaña de propaganda en nombre de lo que ha sido caracterizado, por el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter y por el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas Miguel D’Escoto Brockmann, como un régimen de apartheid.”

El codirector del festival, Cameron Bailey, salió inmediatamente a desmentir que la sección dedicada a homenajear a Tel Aviv hubiera sido patrocinada por el gobierno israelí, como menciona la carta de protesta, que incluye entre sus firmantes a varios cineastas israelíes, entre ellos Udi Aloni, Ra’anan Alexandrowicz y Eyal Sivan, además del director palestino Elia Suleiman, que tiene su película The Time That Remains en Toronto y que hasta el momento evitó retirarla. Pero al festival le juega en contra un artículo publicado en el portal Canadian Jewish News en el cual el cónsul general de Israel, Amir Gissin, describe como “la culminación” de la campaña denominada Brand Israel (Marca Israel), que algunas fuentes aseguran cuenta con un millón de dólares de presupuesto, a “una masiva presencia israelí en el próximo Festival de Toronto”. La polémica, seguramente, continuará.



Y aquí la clara empinación y fervor propagandístico hacoi lo judeo-israeli-sionista de Hollywood:


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CAUSE CÉLÈBRE

Hollywood fights back against anti-Israeli sentiment
Ad denounces boycott demands made at Toronto International Film Festival.
http://www.latimes.com/entertainment/news/la-et-cause19-2009sep19,0,863617.story

Left, right or center, there's two things nearly everybody in Hollywood agrees on: There's no disease that can't be cured by raising enough money and the state of Israel deserves unabashed support.

These days, sympathy for Israel puts the American entertainment industry at odds with much of the European film and academic communities. In those circles, vehement criticism of Israeli policies toward the Palestinians and boycotts of Israeli scholars and artists have become almost fashionable. (In cinematic London, Hamas militants are the new baby seals.) Hollywood has mostly shrugged all this off, until this week, when it decided that an outbreak of anti-Israeli agitation in Toronto was bringing things a little too close to home.

Canadian documentary filmmaker John Greyson pulled his latest movie from this week's Toronto International Film Festival because he said the event's sister-city relationship with Tel Aviv was an implicit endorsement of "the smiling face of Israeli apartheid."

A variety of entertainers -- including David Byrne, Julie Christie, Ken Loach, Jane Fonda, Viggo Mortensen and Wallace Shawn -- published a letter alleging that Toronto had become an agent of the "Israeli propaganda machine."

Some people in Hollywood took these initiatives not as a disagreement with Israeli government policies but as an attempt to isolate and ostracize the Jewish state's vibrant, diverse and independent film community. (If there really is a dirty word in Hollywood, it's "blacklist.")

So former CAA agent Dan Adler, acting under the sponsorship of Los Angeles' Jewish Federation and United Jewish Appeal of Toronto, put together a counter ad that denounced the boycott demands in Thursday's trades.

"We all spent a lot of time talking about the original protest letter, in the sense that it seemed to be going after the wrong target by attacking Israel and its film artists," Adler told The Times' Patrick Goldstein on Wednesday night. "When I sat down at my computer and started asking for people to sign on, all I got was passion and enthusiasm. Everyone said, 'I'm in,' and then, even better, added, 'Can I get you someone else?' "

The signatories do read like a who's who of Hollywood's elite with a cast that runs from the executive suites to the sound stages and cuts across generations. Among those who signed on are Jerry Seinfeld, Seth Rogen, Robert Duvall, Halle Berry, Sacha Baron Cohen, Lisa Kudrow, Lenny Kravitz, Ed Zwick, Jason Alexander, Chazz Palminteri and David Cronenberg, as well as A-list producers and executives Ron Meyer, Jeffrey Katzenberg, Sherry Lansing, Neal Moritz, Jonathan Glickman, Nina Jacobson, Darren Star, Nathan Kahane and Gail Berman.

(There's even a precedent-setting credit for writer-director Michael Tolkin, who "polished" the ad's text. Now, there's something the Writers Guild would like to see catch on.)

In a phone interview, former Paramount head Lansing said she and her husband, director William Friedkin, were upset that the Israeli filmmakers had been singled out for retribution, especially as the community starts the Jewish new year and High Holy Days.

"These are independent filmmakers who are not working as the propaganda machine of the state of Israel," Lansing said. "It's dangerous to -- in any way -- turn the film festival into a political event. We do not want to return to the days of blacklisting."

Media mogul Haim Saban was blunt in his assessment. "The world always had anti-Semites," he said in an e-mail exchange. "It has now and always will, but the people of Israel always have, and always will live and prosper. Sorry Jew haters. You lose."

The criticisms of Israel, especially among European entertainers, has intensified since the Gaza war. However, they argue that they are not against the Jews, as Saban suggests, but merely concerned about the innocent victims caught in the crossfire.

In January, singer Annie Lennox and comedian Alexei Sayle called for an end to the "slaughter and systematic murder" of Arabs in Gaza.

The pair was joined by a panel of public figures, which included Ken Livingstone, Bianca Jagger and George Galloway, in a news conference demanding that Israel stop its "siege."

In posts on her blog and in the Huffington Post, Fonda -- who said she initially signed the Toronto letter because she too was concerned about the loss of innocent lives -- sought to clarify her position. She admitted that she had not read the full text of the complaint before putting her name on it.

"It was the outcry that ensued that caused me to study it more carefully," she said. "It was then that I saw that there were parts of it that I did not agree with. . . ."

She went on: "Some of the words in the protest letter did not come from my heart, words that are unnecessarily inflammatory: The simplistic depiction of Tel Aviv as a city 'built on destroyed Palestinian villages,' for instance, and the omission of any mention of Hamas' 8-month-long rocket and mortar attacks on the town of Sderot and the western Negev to which Israel was responding when it launched its war on Gaza." Fonda added: "By neglecting to do this the letter allowed good people to close their ears and their hearts."

It's hard to believe that even Fonda's well-practiced backpedaling is going to temper the outrage in activist Hollywood, where attacks on Israel in almost any form are a non-starter.

tina.daunt@latimes.com


Copyright © 2009, The Los Angeles Times

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