El desperdicio educativo en México. Muchos en pocas carreras y además carreras mayormente inútiles.

México como siempre con "conciencia" de cardumen o masa en otras palabras, así en otras cosas como en la educación agrupa en carreras bastante inútiles para el país una alta cantidad de egreados. Carreritas además dudosas en su aporte al país no solo en términos productivos si no en términos sociales, como Mercadotecnia y Diseño, Mercadotecnia que es mayormente el arte de trepanarle al prójimo el cerebro y embrutecerle para comprar a costa de mensajes porquería y basura con pseudo valores y modelos a seguir, esto en conjunto con un ejército de mercenarios diseñadores gráficos (aunque el diseño puede ser comunicación en otras áreas también, pero eso ni lo consideran) siempre tan en voga y tan pendientes de lo in y lo trendy. ¡ Payasos !

Nurit Martínez
El Universal
Lunes 07 de septiembre de 2009
nurit.martinez@eluniversal.com.mx

Durante los primeros cinco años de este milenio, las universidades mexicanas “dejaron perder” 145 mil 270 jóvenes, que desertaron de las instituciones de educación superior, lo que significa “un enorme desperdicio” en la formación de profesionales.

Entre 2000 y 2005 hubo un incremento de 48.18% (70 mil 851) en el número de profesionales egresados de 19 carreras, pero en ese mismo periodo desertaron más del doble de alumnos, es decir, 145 mil 270.

En un estudio de la UNAM, Roger Díaz de Cossío asegura que el “enorme desperdicio de jóvenes” es propiciado por la rigidez de los programas.

El investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y ex subsecretario de Educación Pública, advierte en Licenciados e ingenieros: el desperdicio y la variedad, que en los primeros cinco años del milenio México concentró 80% de la formación profesional en ingenierías, ciencias de la salud, educación, derecho, contaduría y administración.

Lo anterior significa, según el experto, “una enorme concentración en sólo seis áreas”.

Mercadotecnia, Enfermería, Psicología, Diseño y Relaciones Comerciales e Internacionales fueron las carreras que tuvieron incrementos de más de 100%.

A partir de este hallazgo —resultado del análisis de los egresados registrados en la Dirección General de Profesiones de la SEP—, Díaz de Cossío cuestiona: “¿Son estas las áreas que requiere el desarrollo armonioso del país? No lo sé. Más bien mi opinión es negativa: las ciencias y las humanidades representan una fracción muy pequeña del total, poco más de 2%”.

Quien también fuera asesor de la SEP, presidente de la Fundación Solidaridad Mexicano-Americana y vicepresidente de la Fundación Javier Barrios Sierra, asegura que ni las universidades ni la SEP han podido modificar los dos principales motivos por los que los jóvenes eligen una carrera: “Porque me gusta y mis amigos me dicen que está padre, o porque sus progenitores piensan que tiene buen mercado de trabajo”.

Explica que mientras en 2000 se registraron en México 147 mil 54 egresados de 19 carreras, cinco años después hubo 217 mil 905 profesionistas. El incremento fue de 48.18%.

A partir de una tasa de eficiencia de 60%, señala que esto significa que de los 363 mil 175 alumnos que habrían ingresado a las universidades, 145 mil 270 las habrían abandonado.

“Algunos de ellos serán pasantes toda su vida... debido a la falta de flexibilidad (de las universidades). Si alguien se sale, pierde todo lo estudiado y no puede aplicar lo que sabe a otro estudio. El alumno entra a una carrera y de ahí no puede salirse más que terminando los estudios o, si no le gusta, perdiendo lo estudiado”.