Según el alcalde panista del municipio de Guanajuato, Eduardo Romero Hicks, la prohibición--hasta con cárcel--que acaba de aprobar el congreso local (de mayoría panista) contra las parejas que se besen en público es porque "hay unos agarrones que son de olimpiada."
Lo primero que pensé cuando escuché eso fue en una escena de la película Persépolis, en la que la caricaturista Marjane Satrapi cuenta su vida como estudiante de universidad en Irán durante el régimen del fundamentalismo islámico. En esa escena a Marjane Satrapi, ataviada en ropa holgada y con un velo en la cabeza que tienen que llevar todas las mujeres por orden del gobierno, tiene que correr para alcanzar el camión para ir a la universidad. Ni mal empezó a correr cuando la detiene una patrulla con dos policías barbados a la usansa islámica fundamentalista. Los policías le dicen que no corra porque al correr su trasero se mueve de manera obscena. "¡Entonces dejen de verme el culo!" responde Satrapi enfurecida.
Esto sería hasta cómico (por patético) de no ser porque las prohibiciones del PAN en Guanajuato no sólo son contra los besos en público. Son también contra quienes digan groserías en la calle (incluyendo la palabra "güey", que se puede escuchar en cualquier canal de televisión abierta); contra quienes compren mercancías de vendedores ambulantes, contra quienes pidan limosna y contra quienes bloqueen las calles--algo obviamente dedicado a las manifestaciones. Es decir, lo que pretende el PAN es establecer un régimen fundamentalista católico. ¡En pleno siglo 21!
Según Romero Hicks, como dijimos, su bronca es que algunas parejas se dan "agarrones que son de olimpiada." ¿Y QUÉ? ¿Quién le manda andar de voyeurista? Mejor que vaya a terapia y se deje de meter en la vida de los demás. O a ver ¿Por qué mejor no aprueban los fundamentalistas panistas una ley castigando a los degenerados que fisgoneen a las parejas besándose--como Romero Hicks?
Víctor Hernández
Lo primero que pensé cuando escuché eso fue en una escena de la película Persépolis, en la que la caricaturista Marjane Satrapi cuenta su vida como estudiante de universidad en Irán durante el régimen del fundamentalismo islámico. En esa escena a Marjane Satrapi, ataviada en ropa holgada y con un velo en la cabeza que tienen que llevar todas las mujeres por orden del gobierno, tiene que correr para alcanzar el camión para ir a la universidad. Ni mal empezó a correr cuando la detiene una patrulla con dos policías barbados a la usansa islámica fundamentalista. Los policías le dicen que no corra porque al correr su trasero se mueve de manera obscena. "¡Entonces dejen de verme el culo!" responde Satrapi enfurecida.
Esto sería hasta cómico (por patético) de no ser porque las prohibiciones del PAN en Guanajuato no sólo son contra los besos en público. Son también contra quienes digan groserías en la calle (incluyendo la palabra "güey", que se puede escuchar en cualquier canal de televisión abierta); contra quienes compren mercancías de vendedores ambulantes, contra quienes pidan limosna y contra quienes bloqueen las calles--algo obviamente dedicado a las manifestaciones. Es decir, lo que pretende el PAN es establecer un régimen fundamentalista católico. ¡En pleno siglo 21!
Según Romero Hicks, como dijimos, su bronca es que algunas parejas se dan "agarrones que son de olimpiada." ¿Y QUÉ? ¿Quién le manda andar de voyeurista? Mejor que vaya a terapia y se deje de meter en la vida de los demás. O a ver ¿Por qué mejor no aprueban los fundamentalistas panistas una ley castigando a los degenerados que fisgoneen a las parejas besándose--como Romero Hicks?
Víctor Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario