Tal parece que por fin el mundo se ha dado cuenta que solapar a a Israel con sus lloriqueos de tiempos pasados (con intereses obvios de occidente)ha sido contraproducente y ha creado por el contrario no un estado de paz si no uno siniestro violente que mezcla imperialismo y fanatismos supremacistas religiosos y apocalípticos. Tal parece que estos días serán determinantes para someter a Israel y el judaísmo-sionista militante a las mismas condiciones y valores por las que se juzga a todo el mundo y si esto se lograra este planeta sería un tanto más equitativo.
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