Por Noah Barkin
BERLIN (Reuters) - Alemania acusó el jueves a Estados Unidos de engendrar la crisis financiera global en su búsqueda ciega de beneficios cada vez mayores, y dijo que ahora tendría que aceptar una mayor regulación de los mercados y la pérdida de su estatus de superpotencia financiera.
En los términos más duros desde que la crisis alteró la vida de los bancos de Wall Street este mes, el ministro de Finanzas de Alemania Peer Steinbrueck dijo ante el parlamento que la turbulencia dejaría "marcas profundas" a ambos lados del Atlántico, pero la calificó principalmente como un problema de Estados Unidos.
"El mundo nunca volverá a ser como era antes de la crisis", dijo Steinbrueck, también uno de los líderes de los socialdemócratas del partido centroizquierdista SPD. El ministro hizo estas declaraciones ante el Bundestag, la cámara baja alemana.
"Estados Unidos perderá su estatus de superpotencia en el sistema financiero mundial. El sistema financiero mundial será más multipolar", sostuvo.
Tanto la canciller Angela Merkel, cuyo partido conservador gobierna en coalición con el SPD, como Steinbrueck pidieron al Grupo de los Ocho países más industrializados que acordara medidas para reforzar la transparencia de los mercados durante la presidencia alemana del G8 el año pasado.
Pero su iniciativa colapsó ante la oposición de Washington y Londres. Merkel criticó su postura el fin de semana, diciendo que los días del capitalismo de "laissez-faire" ya habían terminado.
Tanto los conservadores de Merkel como los dirigentes del SPD ansían atribuirse el crédito de los esfuerzos de Alemania para lograr una mayor transparencia y mostrar liderazgo en la crisis, antes de las elecciones federales del 2009.
La opinión de Alemania coincidió con la de varios líderes de los Gobiernos de todo el mundo que se encontraron esta semana en las Naciones Unidas en Nueva York.
Muchos criticaron duramente la trayectoria de la administración de George W. Bush en materia financiera y advirtieron que los errores económicos estadounidenses en la actualidad amenazaban al resto del mundo.
La crisis ha colocado a la defensiva a la Casa Blanca de Bush, que siempre abogó por un enfoque liberal respecto de los mercados. Ahora el Gobierno tuvo que reconsiderar totalmente su política económica.
Al mismo tiempo, ha dado fuerzas a las voces de Europa, América Latina y otras partes del mundo que están incómodas con el capitalismo al estilo estadounidense, y que quieren una regulación más estricta de los mercados.
El presidente francés Nicolas Sarkozy, cuyo país actualmente ostenta la presidencia rotativa de la UE, ha convocado a una cumbre global para reformar a un sistema financiero que calificó de "loco".
(reporte de Noah Barkin y Kerstin Gehmlich; Editado en Español por Gabriel Burin)
BERLIN (Reuters) - Alemania acusó el jueves a Estados Unidos de engendrar la crisis financiera global en su búsqueda ciega de beneficios cada vez mayores, y dijo que ahora tendría que aceptar una mayor regulación de los mercados y la pérdida de su estatus de superpotencia financiera.
En los términos más duros desde que la crisis alteró la vida de los bancos de Wall Street este mes, el ministro de Finanzas de Alemania Peer Steinbrueck dijo ante el parlamento que la turbulencia dejaría "marcas profundas" a ambos lados del Atlántico, pero la calificó principalmente como un problema de Estados Unidos.
"El mundo nunca volverá a ser como era antes de la crisis", dijo Steinbrueck, también uno de los líderes de los socialdemócratas del partido centroizquierdista SPD. El ministro hizo estas declaraciones ante el Bundestag, la cámara baja alemana.
"Estados Unidos perderá su estatus de superpotencia en el sistema financiero mundial. El sistema financiero mundial será más multipolar", sostuvo.
Tanto la canciller Angela Merkel, cuyo partido conservador gobierna en coalición con el SPD, como Steinbrueck pidieron al Grupo de los Ocho países más industrializados que acordara medidas para reforzar la transparencia de los mercados durante la presidencia alemana del G8 el año pasado.
Pero su iniciativa colapsó ante la oposición de Washington y Londres. Merkel criticó su postura el fin de semana, diciendo que los días del capitalismo de "laissez-faire" ya habían terminado.
Tanto los conservadores de Merkel como los dirigentes del SPD ansían atribuirse el crédito de los esfuerzos de Alemania para lograr una mayor transparencia y mostrar liderazgo en la crisis, antes de las elecciones federales del 2009.
La opinión de Alemania coincidió con la de varios líderes de los Gobiernos de todo el mundo que se encontraron esta semana en las Naciones Unidas en Nueva York.
Muchos criticaron duramente la trayectoria de la administración de George W. Bush en materia financiera y advirtieron que los errores económicos estadounidenses en la actualidad amenazaban al resto del mundo.
La crisis ha colocado a la defensiva a la Casa Blanca de Bush, que siempre abogó por un enfoque liberal respecto de los mercados. Ahora el Gobierno tuvo que reconsiderar totalmente su política económica.
Al mismo tiempo, ha dado fuerzas a las voces de Europa, América Latina y otras partes del mundo que están incómodas con el capitalismo al estilo estadounidense, y que quieren una regulación más estricta de los mercados.
El presidente francés Nicolas Sarkozy, cuyo país actualmente ostenta la presidencia rotativa de la UE, ha convocado a una cumbre global para reformar a un sistema financiero que calificó de "loco".
(reporte de Noah Barkin y Kerstin Gehmlich; Editado en Español por Gabriel Burin)
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