Malditos imbéciles esos de la OMS oquienes sean que promueven esto.
Y aviso que yo no fumo o puedo fumar cuando guste, pero es un atropello.
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EFE
El Universal
Ankara Sábado 18 de julio de 2009
10:52
En Turquía ya no se escribirán más bellas canciones como "Si te abrazo con el humo de mi cigarrillo y te escondo" , ni los amigos se ofrecerán pitillos en cualquier sitio diciendo "enciéndelo y quema tus penas en él" , ni los campesinos indicaran al viajero que un pueblo está "a un cigarrillo de distancia".
Desde la medianoche del domingo entra en vigor en Turquía una dura ley antitabaco que prohíbe fumar en todos los espacios públicos cerrados, incluidos bares, restaurantes, discotecas, tabernas y cafés, y el Gobierno ha asegurado que será muy estricto a la hora de vigilar su cumplimiento.
En las áreas abiertas, como las terrazas de los restaurantes, sólo se permitirá fumar si se toman medidas suficientes para no dañar a los no fumadores, mientras que en las cárceles y hospitales psiquiátricos se establecerán salas de fumadores.
Las personas que infrinjan esta ley deberán pagar una multa de 32 euros, mientras que los establecimientos que hagan la vista gorda serán multados con entre 260 y 2.600 euros.
El ministro de Salud turco, Recep Akdag, quien ha perdido a su padre y a varios familiares cercanos por enfermedades derivadas del tabaco, dijo que el nuevo eslogan del país será "Esto es Turquía y aquí se respira aire limpio (de tabaco)".
Según el Ministerio de Salud, desde el 19 de mayo de 2008, cuando se implementó la primera fase de la ley (prohibición del tabaco en lugares de trabajo) , el 7 por ciento de los fumadores de Turquía han dejado el tabaco y un 20 por ciento ha dejado de fumar en casa delante de sus parejas e hijos.
Si en 1988, seis de cada diez hombres fumaba en Turquía, esta cifra se ha reducido hasta el 47 por ciento. Aún así, cada año 100 mil personas mueren en Turquía por enfermedades derivadas del humo del tabaco.
La profesora Elf Dagli, presidenta de la Comisión de Cigarros y Salud Nacional, estima que el número de casos de cáncer, que se ha multiplicado por veinticinco en las últimas dos décadas, sólo se reducirán hasta niveles de 1980 en veinte años. Pero los ataques al corazón relacionados con el tabaco disminuirán un 60% en los primeros seis meses de la implementación de la ley.
"Esto es lo mejor que ha hecho el Gobierno en sus siete años en el poder" , comentó Serpil Yildiz, una restauradora de Ankara que normalmente es una crítica acérrima de las políticas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) .
La mayoría de los turcos apoyan las nuevas medidas antitabaco, pero muchos propietarios de bares y restaurantes se muestran preocupados ya que la ley les pueda hacer perder clientela.
"Eso es una tontería -respondió el ministro Akdag-. Sólo los productores y vendedores de tabaco sufrirán pérdidas. ¿Por qué debería una persona dejar de ir a un buen restaurante para disfrutar de su comida sólo porque esté prohibido fumar?" .
Sin embargo, para Ersin Erdogan, propietario de un hotel en la ciudad norteña de Ordu, las cosas son diferentes: "Puedo aceptarlo todo, pero el raki (el licor nacional de Turquía) no se puede beber sin acompañarlo con un cigarrillo".
Los tradicionales cafés del país, repletos de jubilados y desempleados, están siempre cubiertos por el humo de los cigarrillos de los clientes, que juegan a las cartas y al dominó, y para muchos turcos resulta inimaginable que esta estampa desaparezca.
Remzi Kaldirim, es uno de esos propietarios de un café que teme los efectos de la ley, por lo que ya ha comenzado a pensar campañas que mantengan la fidelidad de sus clientes.
"He creado un campeonato de backgammon y estoy planeando otro de fútbol. Parece que despiertan interés. Con suerte, con estos campeonatos conseguiremos cubrir los daños provocados por la ley antitabaco" , explicó.
Pero no todos son tan optimistas como Kaldirim: Fatih Aydogmus, propietario de un bar de narguile de Estambul, dijo al diario 'Yeni Safak' que, para él, la prohibición del tabaco será como una segunda crisis económica.
"Varios locales de este tipo tendrán que cerrar y mucha gente perderá sus trabajos" , aseguró Aydogmus.
Algunos columnistas laicos han comparado al primer ministro Recep Tayyip Erdogan con el sultán otomano Murad IV, que aterrorizó a la población con sus prohibiciones del alcohol y el tabaco.
Sin embargo, para el popular periodista Reha Muhtar, esta comparación no tiene sentido porque "prohibir el alcohol es fascismo, no prohibir el tabaco es ser un asesino" .
isv
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