Virtudes Prusianas

VIRTUDES PRUSIANAS (Brandenburgo-Prusia, Alemania):
Perfecta organización * Sacrificio * Imperio de la ley * Obediencia a la autoridad * Militarismo * Fiabilidad * Tolerancia religiosa * Sobriedad * Frugalidad * Pragmatismo * Puntualidad * Modestia * Diligencia

lunes, 11 de marzo de 2013

La numeralia judía/sionista de los seis millones de víctimas aún antes de Hitler

http://chiwulltun.blogspot.mx/2012/03/aparece-la-cifra-de-los-seis-millones.html?spref=tw

Aparece la cifra de los seis millones de judíos

Período entre guerras
Martin H. Glynn, The Crucifixion of Jews Must Stop!, The American Hebrew, 31 de octubre de 1919.
Persecuted Jews Seen On Increase, New York Times, 9 de enero de 1938.

No sólo la fantasía de los jabones hechos de cadáveres surgió antes de la Segunda Guerra Mundial y del supuesto Holocausto, también apareció entonces la cifra mítica de los seis millones de judíos.
El 31 de octubre de 1919 el ex-gobernador del Estado de Nueva York Martin H. Glynn publicó un artículo titulado ¡La crucifixión de los judíos debe detenerse! (The Crucifixion of Jews Must Stop!) en el periódico The American Hebrew (El hebreo americano) donde aparecía ya la cifra de los seis millones de judíos y describió las condiciones de los judíos en Europa como un "Holocausto"potencial.[3][4]:
Al otro lado del Atlántico seis millones de hombres y mujeres reclaman nuestra ayuda...seis millones de seres humanos... están muriendo. En el posible Holocausto de la vida,seis millones de famélicos... (etc.).

Esta cifra es de cierta importancia en el misticismo judío ya que está basado en fuentescabalísticas[5], así como en el Talmud, lo cual indica que dicha cifra se intentó imponer desde entonces de modo que el mundo viera necesario el establecimiento de un Estado judío soberano, sin embargo, la propaganda fracasó.
El 20 de mayo de 1920, el Congreso Judío Americano escribía:
Fondo para víctimas judías de la guerra en Europa Central, donde seis millones enfrentan horrorosas condiciones de hambre, enfermedad y muerte.

Incluso artículos del New York Times anteriores a 1927 ya hablan también de conceptos tales como "seis millones de judíos" y "holocausto"[6]

Segunda Guerra Mundial

La cifra de los seis millones persiste
El 9 de mayo de 1942, Nahum Goldmann quien fuese posteriormente presidente del Congreso Mundial Judío, estimaba con mucha anticipación que de los ocho millones supuestamente al alcance de Hitler, sólo dos o tres millones sobrevivirían a la guerra (aún si ésta durara seis años o muchos más), lo que haría un total de cinco o seis millones de judíos muertos, pero según los datos aportados por la historia oficial habrían sobrevivido cinco millones, lo que indica que la cifra de los seis millones, previamente concebida, sólo se estaba ajustando a cualquier dato posterior que fuese presentado. Después de la guerra todas las estadísticas demográficas fueron adulteradas con el pretexto de ajustarlas para no contradecir las cifras oficiales de fallecidos.
En su edición de febrero de 1943, el Reader's Digest ya mencionaba el número de seis millones como el total de las víctimas judías. Esta mención se le debe a un guionista judío de Hollywood llamado Ben Hecht.
En 1944 el Rabino Michael Dov Weissmandel escribió varias cartas pidiendo ayuda para salvar a los judíos en Europa. Nótese nuevamente que ya desde entonces se cita el número de las víctimas, mucho antes de que terminara el conflicto, y por lo tanto, antes de realizar los Juicios de Nüremberg, antes de que se hicieran públicas las estadísticas demográficas del régimen nacionalsocialista y antes de las primeras menciones públicas sobre las cámaras de gas.[7]
¿Cómo mantenéis silencio frente a este gran crimen... mientras miles de miles, alcanzando ahora los seis millones de judíos han sido asesinados?
Rabino Michael Dov Weismandel, Carta del 15 de mayo de 1944.

Hasta la fecha, seis veces un millón de judíos de Europa y de Rusia han sido aniquilados
Rabino Michael Dov Weissmandel, Carta al Vaticano del 31 de mayo de 1944.

Luego, en diciembre de 1944, el propagandista judío soviético Ilya Ehrenburg incorpora la cifra de los seis millones a la propaganda soviética, conociendo así la cifra de las supuestas víctimas antes de la liberación de Auschwitz[8].
La mejor distracción es la propaganda de atrocidades contra el enemigo
Por otra parte, este tipo de tácticas acusatorias sobre atrocidades fue ampliamente utilizada también por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial en forma extensiva y una parte de la evidencia de este hecho se observa en la siguiente nota del 29 de febrero de 1944, que el Ministerio Británico de Información envió al más alto clero británico y a la BBC:
Señor,
Dirigido por el Ministerio, le envió a Ud. la siguiente carta circular:
Es a menudo el deber de los buenos ciudadanos y de los cristianos píos cerrar los ojos frente a las peculiaridades de aquéllos que se asociaron con nosotros. Pero llegará el tiempo en el cual tales peculiaridades, que aún se niegan en público, deberán tenerse en cuenta cuando llamemos a la acción.
Nosotros conocemos los métodos de gobierno empleados por el dictador bolchevique en la misma Rusia mediante, por ejemplo, los escritos y discursos del Primer Ministro durante los últimos veinte años. Sabemos cómo se comportó el Ejército Rojo en Polonia en 1920 y sólo recientemente, en Finlandia, Estonia, Letonia, Galicia y Besarabia.
Por consiguiente, ciertamente debemos tener en cuenta cómo se comportará el Ejército Rojo cuando desborde Europa Central. A menos de que se tomen precauciones, los horrores inevitables que obviamente sucederán, generarán una tensión indebida en la opinión pública de este país.
No podemos reformar a los bolcheviques pero podemos hacer nuestro mejor esfuerzo para salvarlos - así como a nosotros - de las consecuencias de sus actos. Los descubrimientos del pasado cuarto de siglo generarán meras negaciones poco convincentes. La única alternativa a la negación es distraer la atención pública del asunto entero.
La experiencia ha demostrado que la mejor distracción es la propaganda de atrocidad dirigida contra el enemigo. Desgraciadamente el público ya no es tan susceptible como en los días de "la Fábrica de Cadáveres", "los Bebés Belgas Mutilados", y "los Canadienses Crucificados".
Por consiguiente se busca seriamente su cooperación para distraer la atención pública de lo realizado por el Ejército Rojo mediante su apoyo sincero en varios cargos contra los alemanes y japoneses que han sido y serán puestos en circulación por el Ministerio. El expresar sus creencias en cosas así puede convencer a otros.
Soy, Señor, Su obediente sirviente,
H. Hewet, Secretario Asistente,
P.S: El Ministerio no puede entrar en correspondencia de cualquier clase con respecto a la presente comunicación, la cuál sólo debe revelarse a personas responsables.[9]

Según los documentos de los archivos del departamento inglés responsable de la guerra psicológica, el Political Warfare Executive (PWE), en agosto de 1942 llegaron rumores por canales judíos de que los alemanes los estaban matando por millones.
El Foreign Office enseguida se daría cuenta de que se trataba de una mentira, no obstante, el PWE decidió emplear esta historia como base contra los alemanes. Se arrojó sobre Alemania millones de papeles hablando de las ejecuciones en cámaras de gas. Fue una mentira de la que empezaron a oir el eco a los pocos meses. En agosto de 1943 los primeros ministros de Checoslovaquia y Polonia, entonces en el exilio de Inglaterra, pidieron a Churchill y a Roosevelt difundir la acusación de que Alemania estaba exterminando a millones de judíos y polacos en cámaras de gas en el Este de Polonia.
Posteriormente, el jefe de la propaganda inglesa envió un mensaje a Winston Churchill en el que desaconsejaba firmar la acusación contra Alemania sobre un genocidio de judíos:
He descubierto que se trata de una mentira que puede poner en peligro a nuestra propaganda.

Declarando pocos meses después:
No sé cuánto tiempo más podremos mantener que los alemanes están matando judíos en cámaras de gas. Es una mentira grotesca, como la de que los alemanes en la I Guerra Mundial fabricaban mantequilla con los cadáveres de sus enemigos, y aquello hizo perder la credibilidad a nuestra propaganda.

Al acabar el conflicto Churchill escribiría 6 volúmenes sobre todos los detalles de la Segunda Guerra Mundial. En esas 4.448 páginas, no hace mención alguna a las supuestas "cámaras de gas" o un genocidio de los judíos. Dos mentiras que de llegar a descubrirse podrían desacreditar completamente su trabajo literario[10].
Análisis químicos
En 1993, el químico alemán Germar Rudolf publicó un estudio conocido como el Informe Rudolf, que determinó la imposibilidad química y física de que las cámaras de gas de Auschwitz fueran usadas para el exterminio en masa de la forma en que fue declarada por los testigos. Este análisis confirmaba otros estudios anteriores como el de Fred Leuchter de 1988 (Informe Leuchter), que fue desestimado por la falta de licencias y algunos errores en el método. El Informe Rudolf no pretende determinar por sí solo si ocurrió o no el Holocausto, sino que es un estudio que se enfoca en responder a la pregunta de si es posible realizar el gaseamiento en masa de la forma en que lo describen los testigos, con las cantidades de gas y métodos descritos por ellos, y acaba desacreditando científicamente sus testimonios, que son la piedra angular de la historia oficial del Holocausto. Hasta la fecha, este trabajo no ha podido ser refutado científicamente, al contrario, ha sido elogiado por historiadores, químicos y expertos de todo el mundo. No obstante, por escribir este informe, a su autor se le negó el doctorado y enfrentó una pena de prisión por el cargo de "difamación de la memoria de los muertos".

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