Virtudes Prusianas

VIRTUDES PRUSIANAS (Brandenburgo-Prusia, Alemania):
Perfecta organización * Sacrificio * Imperio de la ley * Obediencia a la autoridad * Militarismo * Fiabilidad * Tolerancia religiosa * Sobriedad * Frugalidad * Pragmatismo * Puntualidad * Modestia * Diligencia

viernes, 23 de noviembre de 2012

Este otro fin del mundo el 21 de Diciembre de 2012 no tiene que ver con mayas sino con un estadounidense y el I-Ching

http://www.diariocritico.com/ocio/sociedad/fin-del-mundo/teoria-de-la-onda-del-tiempo-cero/timewave-zero/410451

Apunten esta fecha: 21 de diciembre de 2012. Este año hay motivo para nuevas teorías apocalípticas, tras la anunciada del fin del mundo por los mayas. En concreto, el nombre para esa fecha (el llamado 'doomsday') se la dio Terence McKenna, que no es un científico, ni un físico ni un matemático. En realidad se trata de un escritor, orador, filósofo, etnobotánico, psiconauta e historiador de arte estadounidense, fallecido en el año 2000 y que consiguió irse a la tumba con una teoría que pasó a la historia. Básicamente, porque apunta a un año para el fin del mundo que a todos nos suena. Y tanto: es el actual 2012.



Sí, este año también habrá 'otro fin del mundo'. La teoría que sustenta este 'doomsday' es la 'Teoría de la onda del tiempo', la cual es una compleja teoría propia de científicos cuánticos o algo parecido. Pero no: su autor, Terence McKenna es, como decíamos, un buen vendedor de historias. Se crió en al agreste y rudo estado norteamericano de Colorado, aficionándose a las novelas de ciencia ficción y libros de esoterismo y ocultismo. Con ese perfil, algunos podrían pensar algo mal del personaje. Más si contamos que se graduó por la Universidad de Berkeley con los títulos referentes a Ecología, Conservación de Recursos y Chamanismo.

Durante toda su vida viajó por todos los rincones más especiales de Asia, Europa y Suramérica, contactando con chamanes, magos y maestros de lo oculto, participando en todo tipo de rituales con pócimas y plantas supuestamente medicinales. Una vez maravillado con ello, volvió a 'casa', aterrizando con una base para una teoría que le había estado rondando la cabeza.

Es llamativo que cuando falleció en 2000 lo hizo por un tumor cerebral, alimentando los malos comentarios sobre su capacidad racional y la seriedad de sus estudios y teorías. Pero, pese a ello, consiguió que su llamada 'teoría de la onda de tiempo cero' le lanzara a la fama en círculos especialmente atraídos por teorías alternativas sobre el devenir de los tiempos, en un afán por querer explicar los ciclos de épocas de la Historia del ser humano. El hecho de que predijera una serie de acontecimientos de gran envergadura y muy especiales para este 21 de diciembre de 2012 disparó todo tipo de especulaciones que la pusieron nombre y apellidos: la fecha del fin del mundo, el Apocalipsis.


¿En qué consiste la teoría de la onda del tiempo cero?

Ahora es cuando llegaría el momento de explicarles por qué se hizo tan famosa esta teoría, no científica, ni mucho menos, como ya les decíamos. Pero también comienza lo complicado, ya que esta teoría es harto compleja, larga de explicar en toda sus dimensiones. De forma resumida, que no simplista, se podría afirmar que intenta explicar los acontecimientos y comportamientos del mundo en una fórmula 'numerológica'.

Esa fórmula encuentra que todo lo que sucede en nuestro mundo sigue un patrón de comportamiento fijo, que de poder estudiarse y concretar, permite predecir los cambios entre caídas y flujos de novedades en el devenir de los tiempos. Estos 'picos' de actividad, según Terence McKenna, solían coincidir con acontecimientos que luego marcábamos, con el paso del tiempo, como grandes acontecimientos en la Historia del hombre. Para explicarlos, teorizó que estos momentos clave coincidían con un incremento en en las interacciones del universo.

El patrón de comportamiento de esos acontecimientos vitales los encontró McKenna interpretando la secuencia matemática de King Wen del I-Ching, los llamados 'hexagramas'. El I-Ching es un sistema chino de secuencias que en Occidente intentaríamos traducir como sistema de 'adivinación' o 'predicción' de acontecimientos. Algo así como un patrón que te puede llegar a indicar cuándo te morirás, o cuando te casarás, o qué números son posiblemente los que te lleven a ser rico en la lotería. Partiendo de que científicamente estas 'predicciones' carecen de valor lógico y empírico, al menos no de forma aceptada por la comunidad científica internacional, podríamos decir que aquí acaba la seriedad de la teoría de McKenna.

Sin embargo, sus patrones coinciden en hallar momentos clave en nuestra Historia reciente que sirven como ejemplos: la Segunda Guerra mundial y sus momentos más tensos, como el lanzamiento de la bomba atómica, y otros más recientes como el huracán Katrina o el terremoto de Haití.

En realidad hace mucho tiempo que este tipo de teorías planean en el ámbito pseudo-científico. El bioquímico ruso Isaac Asimov reflejó sus teorías en sus entonces conocidísimos libros sobre la 'Saga de la Fundación', aunque eran pura ciencia-ficción, y nadie pudo demostrar que la Historia humana refleje comportamientos interpretables en un gráfico, aunque tiene sus lógicas de sucesión de hechos clave englobados en largos espacios de tiempo, a modo de ciclos en la Historia del hombre, como la Edad Media y las posteriores mejoras. Era la teoría de la 'Psicohistoria': todo seguía una lógica psico-sociológica.


El 'doomsday'... ¿el fin del mundo?



Pero volviendo a la teoría de la onda del tiempo cero, lo que nos lanza a su gran momento álgido es que predice que el 21 de diciembre de este 2012 tendrá lugar un día de importantes acontecimientos, considerado como un posible 'día del juicio final' o 'fin del mundo'. Según la teoría de McKenna, hace 15 millones de años tuvo lugar un principio del Universo en el gráfico, estando a cero en cuanto a actividad. Su teoría, la onda consiste en que tras multitud de cambios a lo largo del tiempo, se llega a un cero final, a modo de ciclo, no entendiendo el tiempo con un sentido lineal, como sucede en Occidente, sino como en las creencias más orientales.

Así, la última 'armónica' de la onda del tiempo conocida ha durado casi 68 años y tuvo como inicio el antes mencionado suceso del lanzamiento de la bomba atómica, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La curva llegaría a cero otra vez en noviembre de 2012, pero McKenna movió la fecha a diciembre, al 21 de ese mes, por ajustes que ha hecho con el calendario maya, precisamente una de las últimas mentiras que todo el planeta tuvo que tragarse durante el anterior año.

Pero no lo duden: este año de lo que se hablará es de la teoría de la onda del tiempo cero. Todos estarán mirando con lupa a ese día, el 21-12-2012, en el que se espere que trágicos acontecimientos de tipo natural o humano sacudan a nuestro mundo conocido. Justo en un tiempo en el que el miedo a los efectos de las continuas llamaradas solares está al orden del día. También los científicos las temen.


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Aquí datos de otra fuente: http://astrondivinorum.wordpress.com/2009/08/20/el-fractal-chino-o-la-onda-de-tiempo-cero-de-mckenna/

NÓTESE QUE MCKENNA EMPLAZÓ AL 21 D DICIEMBRE DEL 2012 ANTES QUE ESTA FECHA SE POPULARIZARA TRAS EL LIBRO DE JOSÉ ARGÜELLES "EL FACTOR MAYA".


La primera teoría que vamos a examinar es la de Terence McKenna, un filósofo de la Nueva Era considerado como el sucesor de Timothy Leary. Realizó graficaciones matemáticas con el I-Ching, y lo convirtió en una especie de Mapa del Tiempo, verificando la Profecía Maya de que el tiempo, tal como lo conocemos, se detendrá en seco el 21 de Diciembre del 2012.

En la obra «El Paisaje Invisible» (The Invisible Landscape), Terence y su hermano Dennis McKenna adelantan una idea que se deduce de los estudios sobre el Chamanismo primitivo y las Drogas Psicoactivas, por la cual nuestro Universo ha sido creado por la interacción holográfica de dos Hiperuniversos. Creen que el Universo es cíclico y recurrente.

A principios de la década de 1970, Terence, acompañado de su hermano Dennis, se dirigió al Amazonas colombiano, donde ambos experimentaron con la Ayahuasca y Hongos Alucinógenos.

Después de un año de probar el «Psicofluído Vegetal» local y de darle vueltas al I-Ching —el antiguo libro chino de predicciones y sabiduría—, McKenna descubrió un complejo fractal codificado en el oráculo. Bautizó ese fractal con el nombre de «Onda Temporal», en esencia un diagrama repetido de la trayectoria del tiempo.

Según la Tradición China, hace unos 4.400 años, el dios Fuxi descendió de los cielos para convertirse en Emperador. Él fue quien reveló a los hombres los 8 Trigramas básicos (combinaciones de tres líneas continuas o discontinuas), que se recombinarían más tarde para formar los 64 Hexagramas (conjunto de 2 Trigramas ó 6 líneas) del I-Ching, el Libro de las Mutaciones.

Se trata de un Oráculo cuyo foco principal se encuentra en el elemento de cambio, ofreciendo al lector varias maneras de comprender e incluso utilizar las coincidencias, logrando un estado mental y espiritual más armónico. Se cree que fue el Rey Wen Wang quien, hacia el año 1150 AEC, dio a los Hexagramas originales adivinatorios un carácter moral.

La Secuencia de 64 Hexagramas o combinaciones posibles de 6 líneas continuas y discontinuas, es conocida hoy como la Secuencia del Rey Wen. Cada Hexagrama tiene su propio significado e implicaciones, según se explica en el texto del I-Ching.

McKenna descubrió que, al multiplicar el número de Hexagramas por el número de líneas por Hexagramas, obtenía 384, que corresponde al número de días que abarcan 13 Lunas en el Calendario Lunar utilizado por los antiguos chinos. Así, comenzó a formarse la opinión de que la Secuencia del Rey Wen representaba de alguna manera el tiempo.

Luego descubrió que la Secuencia del Rey Wen podía ser convertida en un gráfico de picos y depresiones, según cada Hexagrama. Convencido de que el I-Ching representaba el flujo del tiempo, McKenna se dispuso a diagramar la historia, desarrollando un Fractal de Mandelbrot, en el que cada nivel es 64 veces mayor que el anterior.

Al multiplicar 384 días por 64, obtuvo 24.576 días ó 67,28 años, que curiosamente, corresponde a 6 Ciclos de Manchas Solares (11,21 años cada uno).

Esto, multiplicado por 64, da 4.306 años, que corresponde a dos Eras Zodiacales. A su vez, al multiplicar esto último por 6, obtenemos 25.837 años: la duración de un ciclo completo de Precesión de los Equinoccios.

Basándose en una amplia creación de modelos computacionales, McKenna llegó a la conclusión de que el Primer Nivel del Fractal del Tiempo habría comenzado hace 1.128 millones de años. Sería el Nivel de la Evolución de la Vida.

El Segundo Nivel —64 veces más corto y acelerado que el anterior—, habría comenzado hace 17,6 millones de años. Sería el Nivel de los Simios.

Hace 275.000 años, con la aparición del Hombre de Neandertal, habría comenzado el Tercer Nivel: el de los Humanos.

El Cuarto Nivel es el de la Civilización Humana, que comenzó hace 4.300 años. McKenna encontró correlaciones intrigantes entre su gráfico y estos 4.300 años de historia registrada.

Por ejemplo, los picos y valles de su gráfico señalaban con precisión el momento de la caída del Imperio Romano en el año 476, el descubrimiento de América en 1492 y las Guerras Mundiales del Siglo 20. Pero, lo más extraño de todo era que este Cronograma llegaba a su fin en una fecha específica.

Haciendo coincidir los niveles de la estructura con los principales períodos de la historia, se determinó que se ajustaría mejor si el final de la Escala de Tiempo fuera el 21 de Diciembre del 2012. Este es el único punto en el que el Nivel de Novedad alcanza su máximo, y todo lo que ocurre es nuevo.

De este modo, se encontraron correlaciones entre los diferentes Niveles del Fractal. Por ejemplo, el mismo gráfico que representaba el período entre la aparición del Hombre de Neandertal y el comienzo del arte y la música, servía también para ilustrar el período de 500 años que transcurrió desde la época en que la Peste Negra asoló Europa al comienzo de la Revolución Industrial. Y ese mismo segmento, por supuesto, representaba períodos subsiguientes cada vez más cortos.

El Quinto Nivel del Fractal comenzó en 1945, y podríamos llamarlo el Nivel de las Computadoras Electrónicas. Desde 1945, los Saltos Evolutivos en la Tecnología se producen 64 veces más rápido que en los 4.000 años anteriores.

Los Modelos Computarizados de McKenna muestran que el Sexto Nivel durará sólo 384 días: del 3 de Diciembre del 2011 al 21 de Diciembre del 2012. Y el Séptimo Nivel, únicamente 6 días: del 16 al 21 de Diciembre del 2012. McKenna lo describe como una Resurrección en la Luz.

El Octavo Nivel, 64 veces más corto y acelerado que el anterior, durará apenas 135 minutos. Según McKenna, en este lapso de tiempo, y antes del siguiente Nivel, se experimentarán 5 Saltos Evolutivos comparables a la aparición de la vida, la invención del lenguaje o la consecución de la Inmortalidad.

Pero, ¿Desde qué hora hasta qué hora del 21 de Diciembre del 2012 ocurrirá esto? Da la casualidad que éste día se produce un Solsticio, exactamente a las 23:11 Hrs del Tiempo Universal (Hora de Greenwich). Ése debe ser el Punto Cero, donde se ancla el Fractal del Tiempo.

Si esto es correcto, el Noveno Nivel del Fractal comenzaría a las 20:56 Hrs de ese día, y el Décimo, de sólo 126 segundos de duración, hacia las 23:08 Hrs… Según los modelos computacionales de McKenna, ¡experimentaremos 13 Saltos Evolutivos en la última milésima de segundo del Fractal!

El Tiempo empezó como la más suave de las brisas, pero ha soplado cada vez más rápido en el transcurso de la historia, y ahora tiene la fuerza de un vendaval. Según McKenna, el día en que el tiempo soplará y resoplará hasta echar abajo la realidad, es el 21 de Diciembre del 2012.

McKenna sostiene firmemente que la fecha del Fin del los Tiempos la obtuvo por su cuenta. Luego se enteraría del hecho extraordinario de que la Civilización Maya había terminado su Calendario en la misma fecha que él había deducido a través de sus modelos matemáticos, a partir del I-Ching.

A decir verdad, los McKenna publicaron su Teoría de la Onda Temporal en 1975: doce años antes de que el libro de José Argüelles, «El Factor Maya», instalara la fecha del 21 de Diciembre del 2012 en el debate cultural.



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