Virtudes Prusianas

VIRTUDES PRUSIANAS (Brandenburgo-Prusia, Alemania):
Perfecta organización * Sacrificio * Imperio de la ley * Obediencia a la autoridad * Militarismo * Fiabilidad * Tolerancia religiosa * Sobriedad * Frugalidad * Pragmatismo * Puntualidad * Modestia * Diligencia

martes, 2 de agosto de 2011

A los zombies atontados "wannabeseros" "clasemedieros" mexicanos que solo sabotean un país más justo con sus ansiedades y angustias.

Autosugestión y engaño; 81 % de mexicanos dicen ser de clase media

Por Redacción
http://www.pateandopiedras.com/2011/07/autosugestion-y-engano-81-de-mexicanos-dicen-ser-de-clase-media/
– 27 julio, 2011

Gabriel Careaga fue uno de los mejores sociólogos mexicanos. Además de un notable investigador social, este académico de la UNAM dejó algunas de las mejores crónicas de las ilusiones y las paranoias de la clase media que emergió del desarrrollo estabilizador nacido en 1940 con la sustitución de importaciones detonada por la II Guerra Mundial. Mitos y fantasías de la clase media mexicana, publicado por Editorial Joaquín Mortiz en 1974 sigue siendo un clásico imprescindible para entender el universo mental de un grupo que, tras treinta años de crisis permanente, es una mera proyección.

Proyección y percepción wannabe que un reciente estudio de la consultoría De la Riva Group pone en perfecta medición estadística: 81% de los mexicanos creen ser de clase media pero este término sólo aplica para dos segmentos, uno integrado por personas con ingresos familiares de 13 mil 500 a 40 mil 599 pesos mensuales y ¡otro grupo de gentes con recursos que ascienden a un rango de 40 mil 600 hasta 98 mil 499 pesos al mes. Sólo 35.8 millones de los 112.3 millones entran en esta categoría. El resto pueden imaginar lo que quieran pero siguen siendo pobres y proletarios.
(http://mexico.cnn.com/nacional/2011/07/27/el-32-de-los-hogares-mexicanos-es-de-clase-media-segun-un-estudio)
http://eleconomista.com.mx/sociedad/2011/07/26/clase-media-3-cada-10-mexicanos

Curiosamente, lo que la investigadora Priscila Arámburu dijo en sus conclusiones que este reciente estudio se parece notablemente a lo que describía Careaga hace ya cuatro décadas:
“La clase media se encuentra entre dos fuerzas que generan presión y contraste entre los niveles socioeconómico, ellos sienten que jalan a los de abajo y empujan a los de arriba, que conocen las dos caras de la moneda y son termómetro de bienestar social del país, pues como se sienten ellos, así se siente México”

La fuerza oculta de las derechas mexicanas radica justamente en este sector que siente que ya no puede votar a la izquierda porque les recuerda su pasado de pobretón y los wannabe que en el mundo del trabajo aspiran o imaginan ser clase media para zafarse de sus vecinos “perdedores” que les traen mala suerte en el camino a la riqueza. Ante el miedo a la miseria, las fuerzas neoliberales tienen en esta masa aspiracional la base para armar sus campañas de terror mediático.

¿Se acuerdan? "Que vienen los pobres y nos quitarán todo". Elecciones presidenciales del 2006.

Dejemos en las ilustres palabras de Gabriel Careaga el diagnóstico de esta enfermedad psicosocial o el síndrome de la clase media:

“Son los hombres y mujeres de la clase media que suben y bajan, luchando desesperadamente por tener mayor movilidad social, que aspirana más cosas, que se irritan, que se enojan, dentro de una tradición melodramática. […] Esta clase media vive la mayor parte del tiempo desgarrándose, lamentándose de su mala suerte, echándole la culpa a los otros de sus desgracias personales. Soñando en querer ser otra cosa, siempre envidiando al otro que no es como él, siempre actuando en el rumor, en la sospecha, en la calumnia, en la mala fe; siempre deseando y frustrándose. Esto los hace tener un profundo carácter autoritario. Es decir sus relaciones serán de miedos e inseguridad, de sumisión y de abuso de poder, en una palabra de autoritarismo. El sociólogo Teodoro Adorno dice al respecto: «El autoritarismo, desde el punto de vista psciológico, es una tendencia general a colocarse en situaciones de dominación o sumisión frente a los otros como consecuencia de una básica inseguridad del yo». Es decir, el sujeto autoritario «está dominado por el miedo de ser débil y por el sentimiento de culpa. El síntoma más importante de la derrota en la lucha por uno mismo es la conciencia culpable».

“El autoritarismo de la clase media se refleja sobre todo en la educación y en el poder irracional que ejercen los padres sobre los hijos, como si estos fueran objetos. El hombre autoritario enseña a los hijos la violencia y la simulación, el hijo debe ser desconfiado y «no confiar ni en su propia sombra». El hijo, dicen los buenos padres, debe decidir entre ser un fregón o un fregado. Hay hombres que se someten y otros que mandan.[…] Pero la realidad de la clase media es otra. Hoy la clase media tiene que aparentar, vivir de ilusiones. Esto únicamente le ofrece frustraciones profundas: los sueños sirven cuando hay posibilidades de realizarlos; si no, son espantosos, se convierten en pesadillas. En lugar de sus soñadas casas con jardín y criados, la situación dentro de la estructura familiar los obliga a vivir en multifamiliares, en unidades monstruosas, aglomerados, sin ninguna intimidad real. En lugar de un carro último modelo, deben usar uno de hace cinco años.

“En vez de buenas comidas, consumen comida corriente y vulgar y paseos y fiestas triviales. Y en lugar de ir a Europa se tienen que conformar con Texas. Y en lugar de ir a Puerto Vallarta tienen que aguantarse con las escasas vacaciones en Acapulco. De ahí que se sigan debatiendo entre una actitud de mala fe, es decir, todas sus acciones son producto de un destino inexorable que no pueden modificar. De ahí también esta mezcla de pesimismo y voluntarioso optimismo de que las cosas van a cambiar en términos sólo individuales, es decir, el nihilismo en la historia, en la sociedad y en el mundo y la duda eterna de las posibilidades del hombre como ser social. Para decirlo con una sola idea: la clase media vive el vacío social de un grupo que no ha sabido encontrar su ideología y sus sistemas de cohesíon, ya que dentro de su seno se encuentran divididos, fragmentados, están sociológicamente y moralmente hechos polvo”.



En el sexenio calderonista ha crecido en 13 millones el número de pobres
Angélica Enciso L.

Periódico La Jornada
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/30/politica/002n2pol
Sábado 30 de julio de 2011, p. 2

De acuerdo con la medición por ingresos, que fue la metodología oficial hasta hace dos años, el número de pobres patrimoniales creció en 7.1 millones de personas, ya que pasó de 50.6 millones (47.7 por ciento) en 2008 a 57.7 millones (51.3 por ciento) en 2010.
Lo anterior indica que a esta condición de pobreza se sumaron 13 millones de mexicanos durante los primeros cuatro años de este gobierno, ya que en 2006 eran 44.7 millones.

Esta medición –a diferencia de la multidimensional, que incluye los derechos sociales y la cohesión social– únicamente considera las percepciones económicas y también se basa en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares.

En pobreza patrimonial está la población que no puede cubrir sus requerimientos básicos de vivienda, calzado, salud, transporte público, alimentación y educación, aunque destinaran todos sus ingresos para ello.

De acuerdo con los datos históricos que se reportan con esta medición de la pobreza que se comenzó a hacer en 1992, hace una década no se registraba a más de 50 por ciento de la población en pobreza patrimonial.

El porcentaje más alto de mexicanos en este nivel se registró después de la crisis de 1994, cuando fue de 69 puntos.

Después fue en caída hasta llegar en 2000 a 53.6 por ciento, y en 2002 a 50.4. El porcentaje más bajo fue en 2006, con 42.6.
A partir de ese año se registró un incremento, y en 2008 la pobreza patrimonial ya afectaba a 47.4 por ciento de la población, es decir, 50.6 millones de personas, ya que a esa condición se sumaron 5.9 millones.


Ayer, al dar a conocer los datos oficiales, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) también presentó los resultados de esa condición por ingresos, por cuestiones de transparencia y para facilitar la comparación de las tendencias históricas recientes, informó el secretario ejecutivo, Gonzalo Hernández Licona.

Reportó que entre 2008 y 2010 la pobreza alimentaria –que es cuando las familias no tienen recursos para adquirir la canasta básica– se incrementó, ya que pasó de 18.4 por ciento (20.2 millones de mexicanos) a 18.8 por ciento (21.2 millones). En cuatro años, esta pobreza se elevó en 6.1 millones de personas.

La pobreza de capacidades, que incluye a la gente que no puede acceder a alimentación, salud y educación suficientes aunque utilizara todos sus ingresos para estos bienes, también aumentó, al pasar de 25.3 por ciento (27.8 millones de personas) a 26.7 (30 millones).

En total, en este sexenio, 7.3 millones de mexicanos se sumaron a la pobreza de capacidades.

Hernández Licona precisó que, dado que el indicador de pobreza por ingresos únicamente da cuenta de uno de los ocho factores que la Ley General de Desarrollo Social ha identificado para medir la pobreza, ha dejado de ser utilizado como medida oficial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario