La tragedia que tiene que cambiar todo.
Estos dias han sido unos de los mas tristes sin temor a equivocarme de toda la población de Hermosillo, de Sonora y del país, la muerte de tantos niños, niños de nuestra comunidad, muerte que pudo ser evitada.
Esta tragedia pone al descubierto lo que algunos ciudadanos hemos venido denunciando en los medios de comunicación, en los tribunales nacionales e internacionales, ese tráfico de influencias, ilegalidades cotidianas que casi vemos como algo normal, los manifiestos de impacto ambiental, los estudios de riesgo, las licencias de funcionamiento que se otorgan por órdenes superiores o a través de la clásica mochada, además con las certificaciones que todo el que pueda pagar obtiene las ISO con el número correspondiente.
Hemos visto y aceptado la muerte de los mineros de Pasta de Conchos, que había sido revisada, pasado todas las pruebas a que "somete" la secretaría del trabajo a las empresas, todo sale perfectamente bien hasta que mueren mas de 60 mineros y nadie tiene responsabilidad, ni empresa ni sindicatos ni la autoridad, vimos y denunciamos como las maquiladoras tienen a sus obreras u obreros en pésimas condiciones de seguridad laboral, como se enfermaban con la soldadura de plomo pero estaba permitido por nuestras normas según las autoridades, la esclavitud de los jornaleros agrícolas incluyendo a sus niños,los hermosillenses que están muriendo de cáncer y otras enfermedades crónicodegenerativas por la contaminación a que estamos sometidos, ¿qué no hemos visto, qué no hemos denunciado?, se pueden mencionar miles de casos más, todos los dias se viola nuestra ley por las propias autoridades en contubernio con los malos empresarios.
Pero esto no tiene nombre y la estrategia es la misma, todos aventándose la responsabilidad sin asumir la consecuencia de sus actos, llenando de dolor a las familias de los niños, a toda una sociedad que exige justicia, un alto a la impunidad; nos han robado, nos han quitado la educación, han privatizado la salud, las carreteras todo, todo, pero no asesinarán a más niños por su negligencia y corrupción.
En estos momentos me encuentro en el estado de Hidalgo, la misma historia de las guarderias sin el menor sistema de seguridad para los niños, con la PFP, aterrorizando a pueblos pacíficos, costando un dineral al pueblo de México atemorizando a la población para que ingresen tóxicos a una empresa que "cumple con todas las exigencias de la ley".
En todo el país se siente la tristeza, he platicado con madres cuyas lágrimas se derraman con solo imaginar lo inimaginable.
Tenemos que hacer entre todos un trabajo intenso de campo, para informar, ayudar, denunciar, todos aquellos que tengan capacidad para hacerlo enseñar a nuestra gente a defenderse. No va a hacer ningun político el que lo logre, es el reconocernos como ciudadanos, como seres humanos valiosos, mexicanos que amamos nuestra familia, nuestra tierra. Hagámoslo por los niños cuya muerte realmente nos ha marcado como cobardes por guardar silencio tantas veces, especialmente a aquellos que tienen la obligación de hablar.
Rosa María O´Leary
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