miércoles, 20 de julio de 2022
Churchill, tal vez el mayor fraude y embuste en la historia
https://jacobinlat.com/2021/05/10/el-verdadero-winston-churchill-racista-pro-imperialismo/
En las protestas que se desarrollaron en 2000 durante el Día del Trabajador en Inglaterra, nada exasperó más a los sectores dominantes británicos ⸺la prensa, los políticos, los tribunales de la opinión respetable⸺ que la vandalización de la estatua de Winston Churchill en Parliament Square. Los manifestantes pintaron los contornos de la boca de Churchill con un aerosol color rojo sangre, y con uno verde brillante le pintaron una cresta al estilo Mohawk. Transformaron al estoico padre de la nación en el Joker y esto era inadmisible. La iconoclasia está muy bien e incluso debe ser alentada, ¡pero no cuando se aplica a un verdadero ícono!
Es difícil transmitir el valor simbólico y afectivo que tiene este hombre para la clase dominante británica y para una parte considerable de los ciudadanos (aunque entre estos últimos su figura parece estar en decadencia). Aquellos cuya conciencia nacional está moldeada por el folclore tradicional de la Segunda Guerra Mundial, que exceptuando el triunfo en la Copa del Mundo de 1966, fue probablemente el último momento de «grandeza» de Inglaterra, conocen a Churchill como a ese hombre que hizo más que cualquier otro para derrotar al nazismo. Al frente de un gobierno de coalición durante la guerra, exhortó al país, al que concebía como una nación que había sido mal gobernada y traicionada, a apostar y ganar. Salvó al Estado británico y lo condujo a través de una de sus peores crisis. Durante su vida, Churchill fue el último líder británico realmente amado; desde entonces, nadie estuvo ni cerca de lograr algo así.
Durante los años 1980, cuando yo iba a la escuela en el norte de Irlanda, la joya esmeralda del Imperio, este hombre todavía despertaba sentimientos enérgicos. Nuestro profesor de Historia, rojo y sindicalista, cuando nos hablaba de la Segunda Guerra Mundial, relataba con orgullo una historia apócrifa en la que Hitler, luego de escuchar que Churchill estaba al frente de la campaña bélica, se preguntaba anonadado: «¿Qué haremos ahora?». Y nosotros, los estudiantes, con los ojos distantes y brillosos, pensábamos en la escena con satisfacción. ¿Qué harán ahora? Recibir una patada en el culo, eso es lo que harán. No jodan con el mejor.
Churchill es, además de un mito nacional, una pequeña industria artesanal de baratijas y la fuente de una nostalgia un poco ridícula e interminable. Hay libros que celebran su excelente ingenio, tazas adornadas con su rostro, trapos de cocina que citan al gran hombre y una interminable fila de historiadores oficiales ⸺cuando se trata de Churchill, casi no hay otro tipo de historiador⸺ que recapitulan su gloria. ¿Salió una película sobre su vida con Gary Oldman? La apilemos en el montón, junto a la última película con Brian Cox y la anterior, con Brendan Glesson, y la otra, más vieja, con Albert Finney, y aquella incluso anterior, con Michael Gambon. Esta industria funciona casi como una dependencia estatal dedicada a ensalzar a nuestra «joya nacional» con buenas actuaciones y es probable que se genere otro mini-boom, dado que los sentimientos que circulan en torno al Brexit parecen alimentar el retorno cultural del Imperio.
Sea como sea, por mi parte dejé de percibir el brillo hace tiempo y disfruto de la obra de los manifestantes en Parliament Square. ¿Qué salió mal?
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La industria cultural no siempre fue un mal lugar para conocer a Churchill. El actor Richard Burton, mientras se preparaba para su interpretación de Churchill en un drama televisivo, escribió unas frases célebres para el New York Times:
Mientras estudiaba […] Me di cuenta nuevamente de que odio a Churchill y a todos los de su especie. Los odio con virulencia. Recorren los pasillos interminables del poder desde tiempos inmemoriales […] ¿Quién en su sano juicio diría, luego de escuchar las atrocidades cometidas por los japoneses contra los prisioneros de guerra británicos, neozelandeses y australianos, «Debemos eliminarlos a todos y a cada uno, hombres, mujeres y niños. No habrá ninguna izquierda japonesa en la faz de la Tierra»? Estos antojos de venganza simplistas me generan un asombro espantoso y me repugna esa fiereza despiadada y obtusa.
Debido a esta iconoclasia, Burton fue tachado de la lista para cualquier trabajo futuro en la BBC. Se lo acusó de haber «actuado de manera poco profesional» y evidentemente se consideró que había cometido un acto de traición. Sin embargo, su cuestionamiento tocó algo de la figura de Churchill que suele herir la sensibilidad británica, a tal punto que se opta por no hablar del tema: el entusiasmo que le generaban las masacres imperiales. Se mire donde se mire, a Churchill le chorrea sangre por la boca. Era un fanático de la violencia.
Churchill descendía de la gran aristocracia: hijo del canciller lord Randolph Churchill, siempre fue un niño destinado a ocupar un alto cargo en el gobierno, sin importar lo que hiciera. Debe notarse que el joven Churchill no era un reaccionario declarado. Miembro del Partido Conservador, se consideraba a sí mismo un liberal no reconocido, sus actitudes ⸺secular, a favor del libre mercado, a favor de la democracia y a favor de algunas leves concesiones a la clase trabajadora⸺ reflejaban la ideología de un liberalismo whig que ya en aquel entonces estaba en decadencia. (La única excepción en su orientación era que rechazaba la idea de que Irlanda tuviese un gobierno autónomo).
Pero ser un liberal en aquel tiempo no era de ninguna manera incompatible con el imperialismo, el racismo, el antisemitismo, el apoyo de la eugenesia y el desdén patriarcal hacia las sufragistas. Tal como sugiere Candice Millard en Hero of the Empire, que narra la historia de sus hazañas en las guerras bóeres, Churchill fue un político criado y formado por el Imperio británico. Llegó a la adultez con una aguda percepción de sus propias posibilidades de convertirse en una figura importante y era reputado por ensalzar el coraje frente a la muerte. El Imperio británico les había ofrecido a millones de personas, dispuestas a recorrer medio mundo para gobernar a pueblos de los que no tenía ningún conocimiento, la posibilidad de realizar sus aventuras. En un imperio que envolvía a alrededor de 450 millones de personas en un abrazo mortífero, empezaban a surgir revueltas y luchas en el sur de África, en Egipto y en Irlanda. Millard escribe:
A Churchill esos conflictos tan lejanos le brindaron una oportunidad irresistible para cultivar la gloria personal y hacer progresar su carrera. Cuando ingresó al ejército británico y se convirtió finalmente en un soldado con posibilidades reales de morir en combate, su entusiasmo por la guerra no flaqueó. Por el contrario, le escribió a su madre que no veía las horas de combatir, «no tanto a pesar de, sino más bien a causa de los riesgos que corro.
Churchill tuvo éxito y demostró ser un hombre a la medida de esos estándares imperiales. Luchó en la India y en Sudán. Ayudó a los españoles a reprimir a quienes luchaban por la libertad en Cuba y, luego de una breve carrera parlamentaria en Sudáfrica, luchó en la segunda guerra de los bóeres. Esta experiencia preparó a Churchill para buscar soluciones similares a los problemas nacionales. Cuando se unió al gobierno liberal de 1906, defendió agresivamente la aplicación de medidas autoritarias para contener la desobediencia social. La promoción de Churchill al cargo de ministro del Interior cuatro años después, llegó en un momento de agitación social en el Reino Unido. Las luchas irlandesas por el gobierno autónomo, las sufragistas, las huelgas… Churchill se opuso violentamente a todas.
En la hagiografía de Churchill se pone mucho énfasis en refutar la idea de fue él quien ordenó a las tropas atacar a los mineros que estaban en huelga en Gales del Sur (motivo por el cual la comunidad local lo odia hasta el día de hoy). Lo que sucedió en realidad es que Churchill envió escuadrones de la policía desde Londres y mantuvo una tropa de reserva en Cardiff por si la policía no lograba cumplir su misión. Nunca hubo ninguna duda de que Churchill estaba del lado de los patrones y estaba preparado para desplegar toda la fuerza del Estado británico a favor de ellos. Durante un enfrentamiento con unos anarquistas letones armados en Stepney, tomó la inusual medida de asumir el mando de la policía mientras duró el asedio y finalmente optó por matar al enemigo incendiando la casa en la que estaban atrapados y dejándolos arder hasta la muerte.
Sin embargo, este cargo duró poco tiempo. Churchill fue designado en una posición militar de alto rango ⸺primer lord del Almirantazgo⸺ que le otorgó el control de la Marina Real británica. Tecnófilo, impulsó la modernización, el combate aéreo y luego los tanques. Pero nada en su experiencia vital lo preparó para la gloria de la Primera Guerra Mundial: «¡Dios!», exclamó en 1915. «Esto, esto esto es la verdadera Historia. Todo lo que hacemos y decimos es emocionante. ¡Pensar que será leído por miles de generaciones! Ese es el motivo por el cual no abandonaría esta deliciosa y gloriosa guerra por nada del mundo».
El fanatismo de Churchill tal vez haya sido la causa del desastre militar de Galípoli de 1915. En una campaña para reclamar el control sobre el estrecho de los Dardanelos y sacar a Turquía de la guerra, estuvo al mando de una operación que envió fuerzas británicas, francesas, neozelandesas y australianas ⸺la mayoría compuestas por voluntarios poco entrenados⸺ a sitiar la península de Galípoli. Todo culminó en el aplastamiento de esas unidades y la degradación del cargo de Churchill, que dejó el gobierno y se unió al ejército para comandar un batallón.
Tal vez si sus credenciales de clase hubiesen sido menos encomiables, este fracaso le hubiese puesto fin a su carrera. En cambio, volvió al parlamento en 1916 y otra vez logró un rápido ascenso: ministro de Armamento y Municiones, secretario de guerra y luego secretario de las Fuerzas Aéreas. Era un feroz defensor de intervenir para sofocar la Revolución Rusa y escribió con furia sobre el peligro que representaban los «judíos internacionales» (comunistas) y su «confederación siniestra», frente a los que invocaba al mucho más aceptable «judío nacional» (sionismo). Estas opiniones son interpretadas de forma desconcertante por algunos hagiógrafos, por ejemplo Martin Gilbert, como una prueba de su filosemitismo.
Además de su dicotomía «buen judío-mal judío», profundamente antisemita, los motivos del respaldo colonial que Chuchill brindó al sionismo quedaron claros cuando se dirigió a la Comisión Real Palestina a propósito del tema de la autodeterminación palestina. Recurriendo al bestiario para construir sus imágenes, comparó el autogobierno con el perro que sostiene su propia correa, un derecho que no estaba dispuesto a reconocer. «No admito», continuó, «que se haya hecho un gran daño a los Indios Rojos de América, o a los negros de Australia […] por el hecho de que una raza más fuerte, una raza más elevada […] haya reclamado su lugar».
Como estratega imperial, Churchill recomendó combatir la insurgencia en el Mandato británico de Mesopotamia utilizando gas venenoso. En efecto, había sido un pionero en el uso de estas armas contra los bolcheviques en Rusia. Es importante reconocer que, al igual que su defensa del combate aéreo, tendía a justificar todo esto como alternativas tecnológicas más humanas a los brutales métodos antiguos. «Estoy enérgicamente a favor de usar gas venenoso contra las tribus incivilizadas», escribió, antes de explicar: «El efecto moral debería bastar para permitirnos reducir la cantidad de víctimas mortales al mínimo».
Cuando alguien en el gobierno indio puso algún reparo frente al «uso del gas contra los nativos», consideró que sus objeciones eran irracionales. «El gas es un arma más clemente que un proyectil explosivo y fuerza al enemigo a aceptar una decisión con menos víctimas mortales que cualquier otra acción de guerra». Tal como nos recuerda el historiador Sven Lindqvist, esta lógica apuntaló algunas de las innovaciones más bárbaras de la guerra. Hasta el uso de armas nucleares en Hiroshima y Nagasaki se justificó en parte como un medio para salvar vidas.
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Churchill, tory liberal, tal vez debería haberse alarmado por el ascenso del fascismo en Europa. Pero era un optimista inmoderado. Creía que Mussolini era un buen gobernante para Italia y que el fascismo era un bastión útil en la lucha contra el comunismo. Su nacionalismo, su militarismo y su defensa del orden social y de la tradición tiñeron su interpretación de este movimiento emergente.
«Con el fascismo en tanto tal […] no tenía discrepancias», escribe el historiador Paul Addison. «En febrero de 1933 elogió a Mussolini […] diciendo que era el estadista más grande de todos». Paul Mason agrega que Churchill le agradeció a Mussolini por haberle «rendido un servicio al mundo» en su guerra contra el comunismo, los sindicatos y la izquierda. De visita en Italia en 1927, declaró: «Si fuera italiano, estoy seguro de que lo hubiese apoyado incondicionalmente desde el comienzo hasta el final en su lucha triunfal contra los apetitos y las pasiones bestiales del leninismo». Luego volvió a escribir sobre sus relaciones «íntimas y cordiales» con Mussolini y dijo que «en el conflicto entre el fascismo y el bolchevismo, no quedan dudas acerca de dónde están mis simpatías y mis convicciones».
En 1935, Churchill expresó su «admiración» por Hitler y «el coraje, la perseverancia y la fuerza vital que le permitieron […] superar todos los […] obstáculos que bloqueaban su camino». Addison explica que, a pesar de que Churchill no estaba de acuerdo con la persecución nazi de los judíos, eran «las ambiciones externas de los nazis, no sus políticas internas, lo que más le preocupaba».
Pero, ¿cuáles ambiciones externas eran problemáticas y cuáles no? La invasión italiana de Etiopia no perturbaba a Churchill en lo más mínimo. Sucedía muy lejos, en una zona concebida como legítima para la conquista colonial. En cuanto al Tercer Reich, debe decirse que muchas de sus concepciones estratégicas y territoriales se inspiraban en el Imperio británico. De hecho, su objeto fetiche más preciado, la «raza aria», había sido inventada por los británicos, por sus filólogos y arqueólogos mientras trabajaban en el Sudeste Asiático. Hitler quería adoptar los motivos del imperio y aplicárselos a Europa.
Era probable que esto llevara a una guerra de aniquilación contra el «bolchevismo judío», y es difícil creer que Churchill o cualquier miembro de la clase dominante británica hubiera tenido algún reparo. Pero expandirse a lo largo y ancho del continente europeo era otra cosa. En otras palabras, el fascismo solo se convirtió en un problema cuando Churchill reconoció en él una amenaza al Imperio británico y al orden europeo de Estados nación al cual estaba integrado. Solo entonces, y solo en este sentido, el fascismo se volvió peor que el comunismo.
Churchill se convirtió en un destacado defensor del rearme y en un enemigo de la mayoría de los sectores políticos y militares dominantes de Gran Bretaña, que querían posicionarse del lado de Hitler en la guerra contra Rusia. Sin embargo, siguió pensando que los nazis podían quedar aislados y que era posible forjar la unidad con los fascismos de Italia y de España. Por eso siguió elogiando a Mussolini y le negó cualquier apoyo a la España republicana. Durante la guerra civil española, que en muchos sentidos fue un preludio de la Primera Guerra Mundial, consideraba que la república era un «frente comunista» y que los fascistas a los que respaldaba Hitler constituían un «movimiento antirrojo» justificado. Está claro que Churchill no podría haber objetado a Franco cuando bombardeó y lanzó gas venenoso sobre sus enemigos, devolviéndole a España los métodos de represión perfeccionados en Marruecos, dado que eran técnicas que él mismo consideraba humanas y dignas.
Finalmente, la agresión de Hitler forzó a la clase dominante británica a abandonar la posición de la mayoría que quería colaborar con el Tercer Reich («apaciguamiento»). La invasión de Polonia convenció al gobierno de Neville Chamberlain de tomar las armas y convirtió nuevamente a Churchill en primer lord del Almirantazgo. Pero el compromiso poco entusiasta del gobierno con la guerra se prolongó rápidamente en una crisis que culminó con su colapso y con la formación de un nuevo gobierno de coalición liderado por Churchill.
Aun luego de su designación, Churchill todavía buscaba una alianza con los regímenes fascistas menos ambiciosos. La historiadora Joanna Bourke recoge una exhortación desesperada a Mussolini de mayo de 1940:
¿Es demasiado tarde para evitar que fluya un río de sangre entre el pueblo británico y el italiano? […] Por sobre todas las otras exigencias que nos llegan a través de los siglos, destaca el grito que dice que los herederos de la civilización cristiana y latina no deben entrar en contiendas mortales los unos con los otros. Prestándole oídos, te lo suplico con todo mi honor y respeto, antes de que se imponga sobre nosotros la señal del terror.
Ese mismo años, le escribió a Franco en un tono similar:
Los intereses y la política británica se fundan en la independencia y en la unidad de España y esperamos que pronto puedan tomar su legítimo lugar como potencia mediterránea y como miembro destacado de la familia de Europa y de la cristiandad.
A pesar de que sus esfuerzos fueron vanos en Italia, Churchill logró formar una alianza con Franco que prolongó la vida de su régimen.
Por supuesto, tal como se dijo muchas veces, la Segunda Guerra Mundial no fue solo una guerra. Ernest Mandel argumentó que se desarrollaron al menos cinco guerras en simultáneo: junto a la guerra entre las potencias imperialistas, se desplegaron también las guerras populares anticoloniales del sur de Asia y de África, la autodefensa rusa, la lucha de China contra el imperialismo japonés y la guerra popular antifascista. Hubo luchas populares contra el fascismo en Grecia, en España, en Yugoslavia, en Polonia y en Francia, y fueron los milicianos de China, Vietnam, India e Indonesia los que resistieron al imperialismo japonés. Incluso en Gran Bretaña hubo movimientos que alcanzaron niveles considerables de radicalización después de 1940 y que intentaron transformar la campaña bélica en una guerra antifascista popular.
Sin embargo, para Churchill se trataba solo de una guerra imperialista y la desarrolló con esa orientación. Los británicos fueron los primeros en bombardear poblaciones civiles durante el conflicto. Lo hicieron en los suburbios de Berlín. Churchill declaró que Gran Bretaña no sería capaz de derrotar al Tercer Reich con un ejército continental masivo, sino que «debía destrozar al régimen nazi a través de los ataques destructivos y del extermino que eran capaces de generar sus enormes bombarderos». La gran mayoría de las bombas fueron lanzadas sobre las áreas residenciales y no sobre la infraestructura estratégica. De acuerdo con el director de Inteligencia Aérea, citado por el historiador Richard Overy, los bombarderos apuntaron contra «los barrios, los hogares, la alimentación, el suministro de calor y de energía, es decir, contra la vida familiar de esa sección de la población que, en cualquier país, es la que menos capacidad tiene de desplazarse y la más vulnerable a un ataque aéreo: la clase trabajadora». Esto culminó tristemente con el bombardeo de Dresde.
La táctica de incinerar civiles apostaba, de manera absurda, a la idea de que esto desmoralizaría a la población y desgastaría a la resistencia, una idea cuya naturaleza errónea deberían haber develado a los ojos del Imperio británico las guerras coloniales. Una guerra antifascista podría haber movilizado a la población civil que resistía al fascismo y hubiese acelerado el colapso del régimen. Pero para Churchill, esto era simplemente impensable. Este era el hombre que se había unido a la caballería de Omdurmán para vengar al coronel Gordon y cuya carrera militar estuvo siempre marcada por la ardorosa pasión del peligro y la muerte. Este era el hombre que había luchado para reprimir a los insurrectos a lo largo y ancho del mundo, el hombre que creía que era correcto lanzar gases venenosos y bombardear a los «nativos» en cualquier lugar en el que rechazaran los mandatos británicos. La guerra total era la conclusión lógica.
Luego de la guerra, cuando los Aliados discutían si utilizar la dependencia que Franco tenía del petróleo para convencerlo de que moderara un poco su gobierno, Churchill disintió furiosamente, argumentando que esto era «poco menos que sembrar una revolución en España. Empezamos con el petróleo, pronto terminaremos en la sangre». Los comunistas, dijo, se volverían «los dueños de España» y la «infección» se esparcirá «rápidamente a través de Italia y Francia». Una vez derrotada la agresión nazi, el comunismo volvía a ser el enemigo principal, tal como dijo al proclamar la Guerra Fría en su discurso de marzo de 1946 sobre la «cortina de hierro».
Churchill salió muy deteriorado de la guerra. Fue muy popular mientras duró y siguió siendo ampliamente respetado por la decisión de luchar y por la energía implacable que puso en el combate. Pero empezaba a sentirse la exigencia de una gran reforma social y eso implicó una victoria para el laborismo.
A comienzos de 1951, disfrutó de un mandato más como primer ministro durante el cual mantuvo casi todas las reformas implementadas por el laborismo y ⸺esto un acuerdo práctico entre ambos partidos⸺ desplegó una guerra brutal e intransigente contra la Revuelta del Mau Mau en Kenia y contra los rebeldes malayos. Durante la Emergencia malaya, Churchill demostró de nuevo que era un modernizador: Gran Bretaña fue el primer Estado que utilizó el Agente Naranja y otros herbicidas similares, y adoptó con alegría la misma política de bombardeo en alfombra que los Estados Unidos utilizaron en Vietnam. Luego, gravemente enfermo, se retiró.
Churchill pasó una buena parte de su vida repeliendo las amenazas «nativas» contra el Imperio británico y ayudó a este último a salvarse del Tercer Reich. Las personas que él consideraba aptas para gobernar fueron derrocadas en la mayoría de los casos por las mismas movilizaciones que suscitó la lucha contra Hitler.
Tiene sentido que el Estado británico idolatre Churchill. La historia de este hombre es su propia historia. Pero, ¿quién, conociendo esta historia, puede sumarse a la reverencia?
Hitler contra Jehová hizo la 2ª G. Mundial.
https://grupos.emagister.com/debate/hitler_contra_jehova_hizo_la_2_g_mundial_krisnamurti_/37183-775712
Si uno quiere conocerce más así mismo y la naturaleza humana no pude ignorar estas cosas y creer que todo el mundo es bueno... Por el simple hecho de hablar del bien, etc.
¿Qué nos han dicho sobre este tema: La Rebelión de Lucifer, Ramana, krisnamurti, etc.? ¡Nada porque no saben nada! Y eso, que se les puede adjuntar fundamentalmente al bando luciferino-Hitleriano; pero con matizaciones muy importantes. Pues en los medios nada tiene que ver un Ramana y un Hitler; nada hay más opuesto.
Para los gnósticos hiperbóreos (HITLERIANOS) la disyuntiva espiritual es clara y terminante, el hombre tiene ante sí dos caminos y deberá elegir uno de ellos:
1. El camino del Espíritu
2. O el camino del alma ,
Agrandar el Yo o renunciar a él, reflejar al Incognoscible o reflejar al Demiurgo-Jehová. Quien elija el camino del alma, afirman, será disuelto en el Demiurgo. Quien elija el camino del Espíritu deberá enfrentar al Demiurgo y luchar contra él cara a cara, única manera de liberar su Espíritu.
https://www.monografias.com/trabajos912/la-tentacion-luciferica/la-tentacion-luciferica2. Shtml
Adolfo Hitler volvió a tomar la palabra:
-"La gente no compenetrada en la FILOSOFÍA OCULTA del nacional socialismo , suele cometer gruesos errores de apreciación al juzgar muchas de nuestras afirmaciones, creyendo ver en las mismas una superficialidad estúpida, cuando generalmente se trata de ideas sintéticas, SLOGANS, extraídos de profundos sistemas de pensamiento. Por ejemplo, ante la afirmación del joven Kurt de que "el enemigo es Jehová-Satanás", que es una idea sintética de hondo contenido filosófico, muchas mentes ignorantes se verían tentadas de suponer que tal concepto arranca de un grosero antisemitismo. Alegarían argumentos elementales como estos: - "Jehová" es el Dios de Israel , un Dios de raza, uno entre cientos de dioses étnicos; es pues exagerado tomarlo por el único Dios o Demiurgo (objeción, esta si, antisemita). O este otro: - Jehová es el Dios de Israel pero, por su carácter monoteísta, es el único Dios, entonces ¿Por qué se lo identifica con el Demiurgo? ¿Es por una creencia herética del tipo GNÓSTICA? (interrogante de quienes creen que ser "cristianos" implica la adoración de Jehová y que su rechazo significa una "herejía anticristiana"). Otro argumento banal es el siguiente: - si hemos de rechazar al Demiurgo considerando su obra material como esencialmente "mala", ¿Porqué identificarlo sólo con el Jehová judío habiendo cientos de denominaciones alternativas en la mitología etnológica y en los panteones religiosos de todos los pueblos de la tierra? (interrogante que suelen padecer quienes ignoran totalmente que significa Israel en la Historia de Occidente y cual es el secreto de la dinámica racial judía).
"Objeciones como las precedentes, opondrían nuestros críticos al oír hablar de Jehová-Satanás como "el enemigo contra el cual combatimos" y, por supuesto, les sorprendería la palabra "Satanás" adherida a Jehová, cuestión que, sin duda, les arrancaría irónicas conclusiones.
"Pues bien: tales argumentos reposan en una circunstancia común: ¡La ignorancia de quienes las formulan! Por supuesto que nosotros SABEMOS que el Demiurgo recibió otros nombres a lo largo de la Historia. Pero si elegimos, entre ellos, el de Jehová es porque se trata del ULTIMO NOMBRE con el cual El se ha autodenominado. Y con dicho nombre lo designa aun su "pueblo elegido", Israel, el cual no es otra cosa que un desdoblamiento psíquico del mismo Jehová-Satanás".
Estas palabras del Führer me sorprendieron vivamente por sus implicaciones metafísicas. ¿Los judíos no constituyen una raza como las demás, compuesta por INDIVIDUOS?.... Era una teoría turbadora la que acababa de oír.
" ¿Se sorprende Ud. , joven Kurt? - preguntó el Führer quien sin duda advirtió de inmediato mi turbación. Pero no me dio tiempo a responder y continuó su explicación:
- Pues aún no ha oído nada: Israel es un "chackra" de la Tierra , es decir, es una manifestación psíquica COLECTIVA del Demiurgo Jehová y por eso nosotros afirmamos que el judío NO EXISTE como individuo ; que no es un hombre como el resto de quienes componen el genero humano.
"Pero la manifestación de Jehová en una raza elegida, es un suceso más o menos reciente, de pocos miles de años, y la Ordenación de la Materia o "creación" data de millones de años atras. Por eso, por la "novedad" que representa el nombre "Jehová" comparado con otros nombres del Demiurgo, que empleaban pueblos mas antiguos y culturalmente más importantes en la Historia , y por la antigüedad geológica del Universo, es que parece EXCESIVO designar con el nombre "Jehová" a un Dios cósmico. Pero se trata sólo de una apariencia. Aquí hay que imaginar un Demiurgo Primordial al que podemos cómodamente denominar EL UNO, tal como hacían los estoicos. éste es quien ordena el caos y se difunde panteísticamente en todo el Universo (es él también el Brahma hindú o el Alá árabe, etc. , tomadas estas denominaciones en su acepción religiosa exotérica).
"Pero el Plan Cósmico, de alguna manera hay que llamar a la IDEA DEL UNIVERSO MATERIAL, se asienta en el ENSUEÑO del Demiurgo, un estado de quietud que sin embargo dinamiza el cosmos, como el "Dios motor inmóvil" de Aristóteles en ese Gran Día de Manifestación que se denomina también, gran manvantara. Pero para que todo "funcione" sin que requiera intervención de El Uno, "quien DUERME mientras todo vive en EL", es necesario disponer de un "sistema automático de corrección". Este es el papel que cumplen las llamadas JERARQUÍAS CÓSMICAS, miríadas de "entidades conscientes" EMANADAS por El Uno para que mantengan el impulso dado al Universo y lleven adelante Su Plan. El primer paso de la "emanación" son las MÓNADAS, átomos arquetípicos que fundamentan toda la estructura cósmica y hacen las veces de MATRIZ del Plan del Uno.
"Estas "entidades conscientes", ángeles , devas, logos solares, logos galácticos, espíritus planetarios, etc. , NO SON SERES INDIVIDUALES sino que forman parte del mismo Uno y poseen mera APARIENCIA DE EXISTIR debido a los grados de libertad de que están dotados durante el manvantara. El recurso utilizado para lograr dicha ilusión es la extrema mecanicidad de la realidad material fundada en LEYES EVOLUTIVAS, que mantienen el movimiento progresivo de la materia y la energía en la exacta consecución del Plan del Uno.
"Dichas leyes evolutivas son CONSERVADAS por las "entidades conscientes", ya mencionadas, y DIRIGIDAS EN EL SENTIDO DEL PLAN. Así podemos distinguir, por ejemplo, "logos solares", es decir "entidades conscientes" capaces de "crear" un sistema solar siguiendo el Plan del Uno, pero que en realidad son DESDOBLAMIENTOS TEMPORALES de El Uno. Lo mismo se puede decir de los "logos galácticos" o "espíritus planetarios" y hasta de los simples ángeles o devas: ninguno de ellos existe como tales, aunque "evolucionen" sujetos a las leyes universales. Lo importante aquí es comprender que todo este espectáculo grandioso que estamos recreando es PURA ILUSIÓN, una concepción metapsíquica de características colosales ideadas por El Uno para su intima contemplación. Porque la verdad es que todo "lo existente" desaparece finalmente, cuando sobreviene el Gran Pralaya, la noche de Brahma, en la que todo se confunde nuevamente en él, luego de una monstruosa fagocitación.
"Pero dijimos que el universo se rige por leyes evolutivas. Dichas leyes, que determinan el universo material, de acuerdo a una verdadera " arquitectura celeste", como bien dicen los satánicos masones, ocasionan la existencia de los distintos grados del espacio o "cielos" en que esta constituida la realidad. Así como hay varios "cielos" ( ¿Cinco? ¿Siete? ¿Nueve? ) hay " reinos de la naturaleza " ( ¿Tres? ¿Cinco? ¿Siete? ) o " planetas " ( ¿Cinco? ¿Siete? ¿Nueve? ¿Doce? ) o "razas raíces" ( ¿Tres? ¿Cinco? ¿Siete? ) etc. Estos aspectos engañosos forman parte del Plan del Uno y los demonios, encargados de llevar adelante dicho Plan, conforman un ORDEN JERÁRQUICO PRECISO, basado en la famosa " ley de evolución " que rige los cielos - todos los CIELOS, desde los atómicos, químicos o biológicos hasta los cósmicos - en los que "evoluciona" cada mónada siguiendo los arquetipos de cada cielo. Es la famosa "ley de causa y efecto" que enseña la Sinarquía y que las religiones védicas de la India llaman Karma y Dharma, pero que conviene sintetizar como "ley de evolución". Esta ley DIRIGE el camino "de ida y vuelta" de la mónada, la cual toma varios "cuerpos" en los distintos cielos a los que desciende para "evolucionar"; dicho "camino" suele ser representado como la serpiente que se muerde la cola o "uroboro". Por supuesto que jamás se alcanza la famosa INDIVIDUACIÓN MONÁDICA, pues ello significaría una autentica mutilación de la substancia del Uno y antes que tal cosa sobrevenga, ya estará todo el universo fagocitado en Su Santo Buche………
………"Supongo que ya conoce esta teoría teosófica que la Sinarquía enseña en sus sectas masónicas o rosacruces, y que se ha de SENTIR ESPANTADO frente a una concepción determinista en que no hay un lugar PREVISTO para la existencia individual ETERNA, es decir, mas allá de los pralayas y manvantaras. Y justamente ese espanto, ese grito de rebelión que Ud. DEBE PERCIBIR brotando de su sangre pura, constituye una excepción a todas las reglas de la mecánica determinista de El Uno, porque habla de OTRA REALIDAD ajena a su universo material. ¿Cómo puede ser eso si hemos dicho que todo cuanto existe en el cosmos, ha sido pensado y hecho por él, de acuerdo a su Plan y por intermedio de sus jerarquías cósmicas y planetarias? Pues bien joven Kurt, se lo diré brevemente: porque una parte de la humanidad, a la cual nosotros pertenecemos, posee un elemento que NO PERTENECE AL ORDEN MATERIAL y que no puede ser determinado por la Ley de Evolución del Demiurgo. Ese elemento, que se llama Espíritu o Vril, se halla presente en ALGUNOS HOMBRES como POSIBILIDAD DE ETERNIDAD. Sabemos de el por el RECUERDO DE SANGRE, pero en tanto no seamos capaces de liberarnos de los lazos que nos atan a la ilusoria realidad del Demiurgo y remontemos el sendero del retorno al origen, no EXISTIREMOS realmente como individuos eternos. Me preguntará Ud. Cómo es que en un Orden Cerrado como el que hemos descripto, pueden coexistir ELEMENTOS ESPIRITUALES ajenos a él y porque, si no pueden ser determinados por las leyes de la materia y la energía, permanecen sujetos al Universo de El Uno. Este es un gran misterio. Pero puede Ud. Considerar como hipótesis que, por UNA RAZÓN QUE IGNORAMOS pero podemos suponer sea UNA ORDEN de un Ser infinitamente superior al Demiurgo, o UNA NEGLIGENCIA incomprensible, o UN ENGAÑO colosal, alguna vez han ingresado al Universo material, una miríada de seres pertenecientes a una raza espiritual que llamamos HIPERBÓREA.
Supongamos que tales seres hubieran penetrado al sistema solar por una "puerta" abierta en otro planeta, por ejemplo Venus, y que ya aquí, merced a un ardid, una parte de sus Guías Hiperbóreos los hubiesen encadenado a la ley de evolución. Este encadenamiento, ya lo hemos dicho, NO PUEDE SER REAL pero, sin embargo, los Guías Traidores logran CONFUNDIR a los espíritus inmortales anclándolos a la materia. ¿Para qué hacen esto? Otro misterio. Pero lo cierto, lo efectivo es que, a partir de la llegada de tales Guías al sistema solar, se operará una mutación colectiva EN TODA LA GALAXIA que MODIFICA el Plan del Uno. Esta modificación está edificada en la Traición de los Guías y en la caída de los seres inmortales. Para que Ud. Lo vea claro, joven Kurt, le diré que aquí, en la Tierra , existía un ser humano primitivo que "evolucionaba" siguiendo las leyes de las "cadenas planetarias" y los "reinos de la naturaleza".
"Esta evolución era lentísima y perseguía la adaptación final a un arquetipo racial absolutamente animal, dotado de una mente racional, estructurada lógicamente por las funciones cerebrales y poseedor de un "alma" conformada por energía de los otros planos materiales mas sutiles. Este "hombre" es el que encontraron, en una etapa aún primitiva de su desarrollo, los Guías Traidores al llegar a la Tierra hace millones de años. Entonces, mediante un ingenioso sistema llamado Chang Shambalá que Ud. Tendrá oportunidad de estudiar en nuestra Orden, ellos decidieron mutar la raza humana, encadenando los espíritus inmortales a los seres humanos ilusorios y materiales de la Tierra.
Desde ese momento existen tres clases de hombres, los animales -hombres primitivos o PASÚ, los semidivinos o VIRYAS a quienes se les adosó un espíritu y los Divinos Hiperbóreos o Siddhas, que son todos aquellos que logran RETORNAR AL ORIGEN y escapar del Gran Engaño. También son conocidos como Siddhas Leales una parte de los Guías, aquellos que NO TRAICIONARON y que, encabezados por Cristo-Lúcifer, intentan SALVAR a los viryas mediante la redención hiperbórea de la sangre pura, que consiste en despertar el recuerdo primigenio de la propia divinidad perdida. éstos son los señores de Agartha.... Pero nos apartamos un poco de nuestro Tema principal que versaba sobre Jehová-Satanás, el enemigo contra el cual combatimos para ganar el derecho a regresar al origen dorado. Pronto se le hará clara esta cuestión, joven Kurt, pues si Ud. Recuerda que El Uno delegaba en unas "entidades conscientes" la ejecución de Su Plan, podemos ahora agregar que el sistema solar ha sido construido por una de tales "conciencias" a la que llamamos Logos Solar, secundada por Devas de menor Jerarquía quienes OCUPAN determinados puestos en la mecánica del sistema. En la Tierra , una "entidad planetaria" infundía vida al planeta e impulsaba la "evolución" de los reinos de la naturaleza de acuerdo al Plan Solar, inserto en el Plan Cósmico de El Uno. Está claro que se trata de emanaciones de El Uno enlazadas jerárquicamente: El Uno -- Logos Galáctico -- Logos Solar -- ángel planetario -- alma colectiva o grupal, etc. ¿Quien es Dios aquí? Según el nivel de conciencia y las pautas culturales y religiosas de los hombres, puede ser cualquiera de tales "entidades conscientes", pero siempre se trata del Uno. Si se dice que Dios es el Sol o se concibe un Dios "creador" de todo el Universo, se esta hablando de El Uno. Igual si se cree que Dios es la "naturaleza" o la "vía láctea" o La Tierra. Las diferentes cosmologías gnoseológicas que se presentan a los hombres en sus distintas etapas de la "evolución" para concebir el mundo, no invalidan el hecho de que siempre se aluda directa o indirectamente a El Uno cuando se habla de Dios.
"Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías Traidores llegan a la Tierra se instalan en un "centro" al que denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la Tierra. No es un lugar localizable física mente sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud. Deberá aprender más adelante, sino que se halla situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías Traidores, se auto titula Rey del Mundo, pasando a ocupar el lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar. ¿Qué es un Kumara? Un ángel planetario, una de esas "entidades conscientes" encadenadas por El Uno que conforman la "idea de un planeta". Es aquí adonde debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su "raza elegida". Porque el espíritu planetario se llamaba Kumara Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la venida del Rey del Mundo, decide actuar como REGENTE de El Uno en la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se encarna, en nombre del Uno, en una "raza elegida" para reinar sobre los espíritus hiperbóreos esclavizados. Esa es la raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo, quienes llevan adelante ahora la "evolución" del planeta y son quienes "guían" a las razas por medio de una siniestra organización llamada Sinarquía. Y por otra parte tenemos la raza hebrea que no es sino la manifestación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el máximo escalón de la Sinarquía , en nombre del Uno. Los mismos hebreos en su Kábala estudian que "Israel es uno de los 10 sefirot", el sephirah Malkut, es decir una de las emanaciones del Uno.
"Finalmente Jehová es el nombre cabalístico del Demiurgo El Uno que Sanat Kumara representa en la Tierra y es, como dije al comienza de esta agradable charla, el ULTIMO NOMBRE HISTÓRICO que conocemos de El. Por eso nosotros LOS ANTIGUOS SERES HIPERBÓREOS que aún permanecemos encadenados en este mundo demoníaco, debemos tener bien presente que el enemigo es Jehová-Satanás, el Demiurgo de este mundo. (Ver un resumen de esta concepción en la siguiente figura fuera de texto ).
El Führer continuaba entusiasmado su largo monólogo y aunque ya había pasado una larga hora y llovían sobre nosotros las miradas curiosas de mucha gente que deseaba sentarse a la mesa, nadie en Alemania hubiera sido capaz de interrumpirle por un motivo tan prosaico como yantar una cena. Yo por mi parte sólo deseaba continuar oyendo las increíbles revelaciones del Führer y por eso………………..