Virtudes Prusianas

VIRTUDES PRUSIANAS (Brandenburgo-Prusia, Alemania):
Perfecta organización * Sacrificio * Imperio de la ley * Obediencia a la autoridad * Militarismo * Fiabilidad * Tolerancia religiosa * Sobriedad * Frugalidad * Pragmatismo * Puntualidad * Modestia * Diligencia

jueves, 10 de enero de 2013

Más sobre Joseph G. Burg judío desmitificador del Holocausto.


No podemos dejar de homenajear al judío que derrumbó el holocuento: Joseph G. Burg

Impresionante revelación de un judío superviviente de los campos de concentración, que derribó el mito del Holocausto en la Segunda Guerra mundial, testimonio que le costó, entre otras cosas, que no fuese admitido en el cementerio judío, y que nadie de la ‘tribu’ pronunciase un elogio en sus exequias.



JOSEPH BURG

Joseph G. Burg fue el décimo segundo testigo llamado por la defensa, él testificó el martes 29 de marzo y el miércoles 30 de marzo de 1988.

Por un periodo de ocho o nueve años anteriores al año 1981, Zündel mantuvo comunicación por carta y visitaba a Joseph G. Burg, un autor judío quien escribió varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial. Entre sus libros están los siguientes: Guilt and Fate/Culpa y Destino, Scapegoats/Chivos Expiatorios, Zionist Nazi Censorship in the Federal Republic of Germany/Censura Sionista Nazi en la República Federal Alemana, National Socialist Crimes of Bad Conscience by Germans Against Germans under Zionist Direction/Crímenes de Mala Fe del Nacionalsocialismo por los Alemanes en contra de los Alemanes bajo la Dirección Sionista, y Major Attacks of Zionists against Pope Pius XII and the German Governments/Principales Ataques de los Sionistas en contra del Papa Pío XII y a los Gobiernos Alemanes. Burg ha discutido estos libros con Zündel y este último parece haberlos recibido bien.

En estos libros, Burg trata acerca del tema de los supuestos campos de exterminio nazi, Burg ha hablado con cientos de personas que estuvieron en Auschwitz y visitaron el campo en el otoño de 1945. Burg quiso ver el crematorio, los hospitales y en particular una nueva panadería muy grande. También quiso localizar las cámaras de gas, aunque en ese tiempo, tal procedimiento no se acostumbraba. Él no encontró ninguna cámara de gas. Burg así se fue formando la idea de que no existieron campos de exterminio, que las cámaras de gas nunca existieron y que tampoco hubo un plan para exterminar a los judíos de Europa. Estas opiniones fueron publicadas en sus libros y en su correspondencia con Zundel.

Burg también visitó Majdanek en tres ocasiones. Ahí sí encontró cámaras de gas, pero testificó que eran cámaras de desinfección para eliminar piojos y pulgas: esos bichos causaban epidemias. Estas cámaras eran de uso común en cada campo y cada una mostraba un letrero con el siguiente texto en alemán: “¡ Atención, gas venenoso!” junto con el símbolo de un cráneo humano simbolizando la muerte. Zuklon B era la nueva fórmula usada para desinfectar la ropa, ésta destruía los bichos sin dañar la tela.

Después de la guerra, Burg escuchó bastantes alegatos acerca de gente que fue gaseada en Auschwitz y Majdanek. Él probó que era una tontería o simple propaganda. Hasta el día de hoy, señaló, no existe ningún documento mostrando las órdenes de gasear a la gente o de quien había construido las cámaras y donde las había construido. Las autoridades alemanas han sido llamadas la “súper burocracia”. Por lo tanto, es inverosímil que no se haya encontrado un solo documento en todos estos años.

Burg dio testimonio de haber hablado con cientos de personas que sirvieron y operaron en los crematorios, pero las personas que operaban las cámaras de gas fueron imposibles de encontrar. Nadie ha publicado nada acerca de alguna declaración que diga que alguien había trabajado en una instalación para gasear seres humanos, y la literatura acerca de estos gaseos es completamente contradictoria. ¿Por qué? Porque todo fue inventado. Estas opiniones fueron publicadas en sus libros.

En cada campo habían crematorios, tenían un fin práctico, la gente moría. Cuando los alemanes ocuparon los territorios del este, se establecieron grandes campos y se dispusieron más crematorios de mayor capacidad a medida que la guerra progresaba. Hubo manifestaciones de epidemias que causaron y aceleraron las muertes. La preferencia por los crematorios fue debido a la higiene: este proceso era más higiénico que las inhumaciones y se necesitaba menos espacio.

Como cualquier otra actividad en los campos, los prisioneros se encargaban de los crematorios. Éste constituía el trabajo más difícil debido al calor y debido a que se tenían que colocar los cuerpos dentro de los hornos. Los prisioneros realizaban esta labor en tres turnos al día, y lo hacían voluntariamente. Los voluntarios se solicitaban por medio del consejo judío o la policía judía. Es importante indagar entonces, como pudo el consejo judío o la policía judía cooperar con las SS. alemanas.
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Otros inventaron el relato que judíos aún vivos estaban siendo empujados hacia los hornos. Burg testificó que le hubiera gustado ver a un judío ofrecer tales testimonios durante un proceso judicial. También dijo que en tal caso, un judío hubiera sido forzado a jurar bajo los ritos de un rabino, usando la kippa (el gorrito que usan en la cabeza), sin la presencia de imágenes de Cristo, con la Biblia hebrea, en la presencia de un rabino o de un judío piadoso. Entonces éste hubiera tenido que jurar que sí había visto algo. Pero estas declaraciones falsas, estas declaraciones enfermizas, se hubieran reducido en un 99.5% ya que tales juramentos superficiales no son moralmente obligatorios para esos judíos.
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En 1946, Burg asistió a los juicios de Nuremberg, en el tiempo cuando los asuntos sobre los judíos empezaban a tratarse. Durante una de estas comparecencias, conoció a Ilya Ehrenburg y a un editor judío, quienes habían estado en Auschwitz por muchos años. Burg preguntó al editor si el había visto alguna instalación para ‘gasear’ seres humanos, él contestó que no. Ehrenburg, quien había sido el dirigente de la propaganda para el Ejército Rojo durante la guerra, dijo a Burg que él había estado en Auschwitz pero que tampoco vio nada sobre ‘gaseos’ a seres humanos. Burg había discutido de toda esta información con Zundel. Burg nunca pudo entender el énfasis que se hacía sobre los ‘gaseos’.

Burg era hijo de judíos y pasó los días de la guerra en Transnystria, un área designada por los alemanes para la gente proscrita, como los judíos. Los judíos fueron proscritos ya que habían acogido al Ejército Rojo. La gente de esta región vivía en pequeñas villas y pueblos, pero tenían que arreglárselas por sí mismos y por lo tanto, no les iba mejor que a aquellos que estaban en campos de concentración. En los campos, las autoridades alemanas cuidaban de los prisioneros, ya que, era común que fueran usados como fuerza de trabajo. Hubieron ataques hacia los judíos en estas regiones, por parte de grupos étnicos extranjeros, pero ninguno de estos ataques fue organizado por los alemanes.

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El Reich alemán quiso expulsar a los judíos: cómo y donde, fueron asuntos secundarios. La gente bajo el mando de Göring, al encargarse de los judíos, optaron por un plan propuesto por el fundador del movimiento Sionista, Theodor Herzl, que consistía en mover a los judíos a Uganda o a Madagascar. Ambas colonias pertenecían a Francia. El plan no funcionó, pero la sola existencia del plan, prueba que, por lógica, la liquidación de judíos nunca existió. La fuerza de trabajo que representaron fue necesaria. Burg hizo énfasis en que no hubo liquidación de judíos por parte de los alemanes.
El Acuerdo de Transferencia (Haavara) de 1933 fue uno de los incidentes más notables en la estructura del Holocausto. Bajo este acuerdo, se planeó que aproximadamente 2.5 millones de judíos fueran trasladados en camiones. El acuerdo nunca fructificó ya que los Sionistas no pudieron trasladar tal número de judíos a Palestina.

Burg ha descubierto que, los líderes Sionistas alemanes solicitaron, ya en 1933, que los judíos portaran la estrella de David amarilla. Los Sionistas no vieron en esto un insulto, sino un gesto heroico, tal y como las SS portaron la suástica. En 1938, el director del movimiento Sionista en el Tercer Reich, hizo portar a los judíos la estrella amarilla en contra de los deseos de Göring y Goebbels.

Burg escribió en su libro acerca de la cooperación que existió entre los líderes del Sionismo, incluyendo a David Ben-Gurion, con el régimen Nazi antes de la guerra. Muchos días después de que Hitler había sido nombrado Canciller, Rabbi Leo Baeck, anunció públicamente que los intereses del judaísmo eran idénticos a los intereses del Nacional Socialismo.
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Los Sionistas sólo estaban interesados en la migración a Palestina e hicieron todo lo que estuvo a su alcance para asegurar que ningún otro país aceptará a los judíos. Los Nazis estaban interesados en facilitar la migración de los judíos tan pronto fuera posible. No obstante, la cooperación entre Sionistas y Nazis continuó hasta 1942, con gente como Adolf Eichmann, Golda Meir y David Ben-Gurion, fecha en la que en opinión de los Sionistas, se cumplió el objetivo. Burg declaró que, incluso llegado este punto, la derrota de Alemania fue vista por los Sionistas como “las ratas abandonando un barco que se hunde”.

Burg discutió frecuentemente el tema de la cooperación de los Nazis y los Sionistas con Zundel. Burg creyó que los Sionistas fueron los culpables de que los alemanes fueran derrotados. Y para borrar cualquier rastro, los Sionistas se comportaron como el ladrón astuto que corre hacia la policía gritando “¡ Detengan al ladrón!”

Fue la tarea de Zundel el luchar en contra de esto y Burg declaró que podía ayudarle. ¿Por qué? “Porque de otra manera nunca llegará la reconciliación entre las personas. La verdad está revelándose poco a poco, así es como, el odio en contra de los judíos está creciendo, provocado por los líderes Sionistas”.


Burg testificó que no hubo aniquilamientos en los campos de concentración. Las personas saludables fueron usadas para trabajar en forma voluntaria, Burg puntualizó que, incluso una jaula de oro representa una limitación e incluso un crimen, pero la invención de las cámaras de gases tuvieron origen en mentes enfermas.
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En el ghetto de Lodz, existía una fuerza policíaca judía, un banco judío, moneda de cambio judía, oficina de correos judía y estampillas de correo para uso exclusivo de los judíos, existían talleres de manufactura para judíos. Si existía un plan alemán para exterminar a los judíos ¿por qué existían talleres?, preguntó Burg, ¿por qué destinar recursos económicos con esos fines? ¿Por qué entrenar a los niños para el trabajo? Gracias a Berlín, testificó Burg, los judíos tuvieron la oportunidad de vivir en un pequeño Israel.

Sin embargo, todas estas cosas no deben decirse en la actualidad, ya que, ahora debe decirse que existió un Holocausto y que los judíos fueron asesinados.

Seguir leyendo:
Un judio derrumba el mito del holocausto

Revisionistas


PAUL RASSINIER

Nacido en 1906, Rassinier, un maestro de escuela, es reconocido como el padre del revisionismo europeo moderno. Combatiente de la resistencia francesa y amigo de los judios, fue encarcelado por los alemanes por sus actividades ilegales en el campo de Buchenwald y Dora donde trabajó en las fábricas de cohetes subterráneas.

Fue elegido después de la guerra como miembro de la Asamblea NacionalFfrancesa por el Partido Socialista. Sin embargo, Rassinier escribió algunos libros revisionistas que le llevaron a la ruina y a un completo descrédito social.

Dos + Dos = Cinco.


Plano original del crematorio y la morgue (no cámara de gas) en Auschwitz.

“En 1938 habian en el mundo 15.688.259 judios, segn el ‘World Almanac’ de 1947. Esta cifra fue proporcionada a dicho Almanaque por la ‘American Jewish Commitee’ y por la ‘Jewish Statistical of the Synagogues of America’.

En 1948 existian en el mundo entre 15.600.000 y 18.700.000 judios, segn un articulo aparecido en el ‘New York Times’, del 22 de febrero de 1948, escrito por Mr. Hanson W. Baldwin, reconocido experto y de probaba imparcialidad cuestiones demograficas, personalidad que, ni aun haciendo alarde de la mayor fantasia, puede ser tildada de antisemita. Su jefe, Arthur Sultzberger, propietario del ‘New York Times’, y judio èl mismo, es reconocido como amigo incondicional de Gran Bretaña.

Tomando, pues, por cierta la evaluacion mas alta de Mr. Baldwin, o sea 18.700.000 de judios, resultaria que entre los diez años que mediaron entre 1938 y 1948 -periodo que incluye los años de la guerra de 1939 a 1945- , durante los cuales se pretende que Hitler habria hecho matar a seis millones de judios, la poblacion judia del mundo habria aumentado en mas de 3 millones. Si, a los efectos de la comprobacion, supusièramos que Hitler efectivamente hizo matar a 6.000.000 de judios, nos encontrariamos con que el incremento de la cifra demografica es realmente de 9.000.000. Es decir, un aumento de 3.000.000, mas otros 6.000.000 de nacimientos, para suplir los 6.000.000 de judios pretendidamente gasificados bajo el règimen hitleriano.

Teniendo en cuenta que actualmente existen en el mundo tan solo 18.000.000 de judios, supone ello un aumento de 9.000.000 de judios durante los diez años que van de 1938 a 1948, o sea, un incremento total (en solo diez años) del 50%, cosa imposible, incluso para una raza sexualmente tan desenfrenada como la judia. An cuando todo judio, fisicamente apto, se hubiese dedicado exclusivamente, dia tras dia, durante las 24 horas, en los años de 1939 a 1949 a la procreacion, con cada una de las mujeres de su raza, en plena pubertad, el que pudiesen haber llegado a engendrar en diez años 9.000.000 de judios, estaria absolutamente en pugna con las leyes de la eugenètica.”


Einar Aberg (1959)

Ernst Zündel en España

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Ernst Christof Friedrich Zündel nació el 24 de abril de 1939, en Calmbach, Baden-Württemberg, Alemania. Es un pintor, escritor, político y pacifista más conocido por su actividad como revisionista. Si bien se declara admirador de Adolf Hitler “como líder político”, afirma no ser antisemita ni compartir la política nacionalsocialista en relación a los judíos. Fue amigo del revisionista judío Joseph Burg hasta su muerte y colaborador de David Cole. Debido a su actividad como revisionista, su reputación ha sido destruida. Enfrentó varios intentos de asesinato y una campaña de juicios y acoso legal entablada por organizaciones judías, hasta que finalmente fue deportado a Alemania en 2005, y condenado a 5 años de prisión bajo cargos de “crimenes de Pensamiento”, por expresar públicamente su escepticismo sobre la versión del Holocausto.

Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de entrevistarle en Barcelona después de la concesión de libertad tras esos durísimos años de presidio.

Zündel es otra víctima más, junto a Pedro varela y otros muchos, de un sistema de represión en contra de la libertad de expresión.

elsilenciodelaverdad

La "confesión" de Rudolf Höss



El 15 de abril de 1946, uno de los tres comandantes sucesivos de Auschwitz, Rudolf Höss "confesó" bajo juramento, ante sus jueces y ante los periodistas del mundo entero, que, en el tiempo de su mando, es decir del 20 de mayo de 1940 al 1 de diciembre de 1943, al menos 2.500.000 detenidos de Auschwitz habían sido ejecutados por el gas y que al menos otros 500.000 habían sucumbido de hambre y enfermedades, lo que hacía un total de al menos 3.000.000 de muertos sólo durante este período. En ningún momento, Höss fue interrogado o contrainterrogado sobre la materialidad de los hechos extraordinarios de los que informaba. Fue entregado a los polacos. Bajo la vigilancia de sus carceleros comunistas, redactó con lápiz una confesión en buena y debida forma. Tras lo que fue colgado en Auschwitz el 16 de abril de 1947. Curiosamente, hubo que esperar hasta 1958 para tener comunicación, parcial, de esta confesión, conocida por el gran público con el título de "Comandante de Auschwitz".

He aquí su declaración, hecha bajo juramento y firmada el 5 de abril de 1946.

"Dirigí Auschwitz hasta el primero de diciembre de 1943 y estimo, que al menos 2.500.000 prisioneros fueron ejecutados y exterminados por gaseamiento y cremación, y que al menos otro medio millón sucumbieron allí de hambre y enfermedad, lo que hace un total de 3.000.000 de muertos aproximadamente. La solución final de la cuestión judía consistía en el exterminio de todos los judíos de Europa. Yo recibí la orden de preparar el exterminio en Auschwitz en junio de 1941. En aquel tiempo existían ya otros tres campos de exterminio en el Gobierno General: Belzec, Treblinka, Wolzek.


Esta es una confirmación exacta de las tesis que se iban a divulgar durante medio siglo y de las que se emprendería una búsqueda incesante por aquella información que pudiese apoyarlas. Y, sin embargo, en este mismo texto se encuentran ya tres falsedades evidentes:

La cifra de cuatro millones de muertos en Auschwitz, cifra oficial proclamada en Núremberg, debe ser reducida al menos en dos terceras partes como lo prueba la nueva placa conmemorativa de Auschwitz-Birkenau que ha reemplazado la cifra de cuatro millones por la de: "algo más de un millón".
Los campos de Belzec y de Treblinka no estaban en funcionamiento en 1941 y no se abrieron sino hasta 1942.
No se ha podido probar la existencia del campo de Wolzek, jamás ha existido en ningún mapa.

Estas falsedades advierten que el testimonio fue admitido sin una verificación previa. El propio Höss explicó más tarde que estas primeras declaraciones fueron escritas bajo el control de las autoridades polacas que fueron las que le arrestaron.

"Desde mi primer interrogatorio, las confesiones las obtuvieron golpeándome. Ignoraba el contenido de los relatos aunque los hubiera firmado".


Un documento dactilografiado de ocho páginas firmado por Höss a las 2 horas, 30 minutos de la madrugada del 14 de marzo de 1946, no difiere esencialmente de lo que él desde entonces dijo y escribió en Nuremberg o en Cracovia.

El propio Höss describió, en sus notas manuscritas de Cracovia, las circunstancias del primer interrogatorio al que le sometió la policía militar británica.

"Fui detenido el 11 de marzo de 1946 a las 23 horas La Field Security Police me infringió malos tratos. Se me arrastró hasta Heide, justamente el cuartel donde ocho meses antes había sido liberado por los ingleses. Es aquí donde se produjo mi primer interrogatorio, para el que se utilizaron argumentos contundentes. Ignoraba el contenido del atestado aunque lo firmara. Tanto el alcohol que me hicieron ingerir como los latigazos, fueron demasiado incluso para mí. Algunos días después fui conducido a Minden-sur-Weswe, principal centro de interrogatorios de la zona británica. Allí, se me trató aún peor, ante un fiscal, un comandante".


No fue hasta 1983 cuando se tuvo la confirmación de las torturas inflingidas a Rudolf Höss para arrancarle la confesión de los dos millones y medio de judíos exterminados por él, antes de 1943, en Auschwitz.

El libro fue escrito por Ruppert Butler con el título: Legions of Death (Las legiones de la muerte)[3]. En él se aporta el testimonio de Bernard Clarke, que fue quien arrestó a Rudolf Höss después de haber obtenido de su esposa, bajo la amenaza de matarla a ella y a sus hijos, la dirección de la granja donde se escondía, y donde se le detuvo el 11 de marzo de 1946. Butler narra que fueron necesarios tres días de torturas para sacarle una declaración coherente (la que acabamos de citar, firmada el 14 de marzo de 1946 a las 2 de la madrugada).

Desde su detención fue golpeado hasta el punto de que al final el oficial de sanidad intervino con insistencia ante el capitán: mándeles parar o devolverán un cadáver.

La Comisión de Investigación americana compuesta por los jueces Van Roden y Simson, que fue enviada a Alemania en 1948 para investigar sobre las irregularidades cometidas por el Tribunal Militar americano en Dachau que había juzgado a 1.500 prisioneros alemanes, y condenado a muerte a 420 dictaminó que los acusados habían sido sometidos a torturas físicas y psíquicas de toda clase para forzarles a prestar las confesiones deseadas.

De esta forma, de 137 casos sobre los 139 examinados, los prisioneros alemanes habían recibido, en el curso de los interrogatorios, patadas en los testículos que les habían dejado heridas incurables.

Imposibilidades fisico-químicas

La descripción, extremadamente vaga y rápida, de la operación de gaseamiento de los detenidos, tal como la relata Höss en su confesión escrita, era imposible por razones de física y de química. No hay que confundir un gaseamiento de ejecución con un gaseamiento suicida o accidental: ¡en un gaseamiento de ejecución se quiere matar sin ser muerto!

El gas Zyklon B es un insecticida a base de ácido cianhídrico, utilizado desde 1922 hasta el día de hoy. Es de una gran peligrosidad. Se adhiere a las superficies. Es difícil de evacuar. Es explosivo. Los americanos utilizan el gas cianhídrico para la ejecución, en ciertos Estados, de sus condenados a muerte. Una cámara de gas de ejecución es necesariamente muy sofisticada y el procedimiento es largo y peligroso. Ahora bien, Höss, en su confesión, decía que el equipo encargado de extraer los cadáveres de una cámara de gas, penetraba en los lugares desde la puesta en marcha de un ventilador y procedía a esta tarea hercúlea, comiendo y fumando, es decir, si se ha entendido bien, sin incluso una máscara antigás. Imposible. Nadie habría podido penetrar así en un océano de ácido cianhídrico para manipular allí millares de cadáveres intoxicados con cianuro, ellos mismos convertidos en intocables al estar impregnados de un violento veneno que mata por contacto. Incluso con máscaras antigás con filtro especial para el ácido cianhídrico, la tarea habría sido imposible, pues estos filtros no podían resistir en caso de respiración profunda debida a un esfuerzo físico, incluso de débil intensidad.

2 comentarios:

  1. Entonces no todo es cierto sobre el holocausto ?

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    1. No, recuerda que la historia la escriben los vencedores, es triste pero se ha manipulado mucha información, la guerra saca lo peor del ser humano, no cabe duda

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