Esto lo han llamado en algunos sitios "El caso Culhuacán", en Culhuacán, delegación Iztapalapa, México D.F.
Revisan casa de mujer acusada de azotar perros contra la pared
1 septiembre, 2012 Por:
Foto: archivo
MÉXICO, D.F. Creyeron que la mujer de 32 años ya estaba muerta en su departamento, lleno de basura y perros encerrados, porque ya tenía mucho que no la veían. Por eso, la noche del martes, le llamaron a la policía.
Tras insistentes denuncias de parte de los vecinos de la calle Coatlicue, en la colonia Piloto Culhuacán, Coyoacán, al fin el martes, el asunto llegó a las redes sociales y defensores de animales lograron que se abriera la puerta de la planta baja de la casa número seis.
El caso llegó a los oídos de las actrices Silvia Pasquel y Rocío Banquells, conocidas por su defensa animal, quienes esa misma noche, acudieron a la casa para ejercer presión ante las autoridades y abrir la puerta, hasta que, junto con la asociación Mundo Patitas, terminaron de llevarse a todos los perros que pudieron salvar.
Fue como abrir la Caja de Pandora. Cerca de las 12 de la noche, luego de varios trámites ante la Procuraduría capitalina que les permitieran ingresar a la propiedad de Priscila Ariadna Loera, los bomberos lograron entrar, sin saber qué verían.
Junto a la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP-DF), lograron rescatar de entre montones de basura, plásticos, muebles, papeles, bolsas y muchos desperdicios acumulados en más de medio metro de altura, a 13 perros vivos, famélicos y tímidos, que permanecían encerrados, algunos encadenados, en el infierno en el que Priscila había transformado su casa.
Además, sacaron los cadáveres de tres canes muertos, carcomidos por los gusanos y las cucarachas o mordisqueados por los perros que seguían vivos, pero no tenían algo qué comer.
“Lo que más nos preocupó fue que la gente decía que había perros quemados, afortunadamente no hubo eso”, recuerda Hugo Camacho, responsable de la Brigada de Vigilancia Animal que encabezó el operativo.
No eran perros quemados, pero el olor “era como de gas”, platica Angélica Claudio, la mujer que vive arriba de la casa en cuestión y que durante tres años ha sufrido el mal olor, las pulgas y el maltrato que se escuchaba por las paredes y que venían del departamento de abajo del suyo.
“Ella les pegaba a los perros, los aventaba contra la pared, pero nadie hacía nada, había instituciones que nos decían que sí nos apoyaban, pero teníamos que quitarle a los animales, pero como era propiedad privada, no podíamos”, relata.
“Los perros se comían entre ellos, fui al Ministerio Público y me dijeron que no podían hacer nada”.
Angélica alcanzaba a oír los gritos y los golpes; “ya no quería decirle nada porque cuando peleaba con ella, agredía a los animales”. En tres años, calcula, murieron como 30 perros.
Ayer, llegaron a fumigar la casa. La calle Coatlicue no ha tenido calma desde entonces. Ya han sacado dos camiones llenos de basura y no terminan de limpiar. Al lugar lo vigilan policías judiciales. Hay un expediente abierto por los delitos que puedan encontrársele a la mujer, que no se ha aparecido. Dicen que está mal de la cabeza. “No sabemos qué vaya a pasar cuando venga, tal vez esto continúe, es como una película de terror”, dice uno de los vecinos.
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