Nueva York. Según datos oficiales, julio pasado fue el mes más caluroso jamás registrado en Estados Unidos, mientras casi dos tercios del país padecen condiciones de sequía e incendios en varias regiones, así como episodios de tormentas severas, lo que amenaza tanto vastos cultivos y ganado como comunidades, y genera pronósticos de alzas en los precios de alimentos con consecuencias mundiales.
Con el informe de hoy sobre las estadísticas oficiales de julio, los últimos 12 meses marcan el periodo de las temperaturas más altas reportadas en Estados Unidos desde 1956 –el gobierno empezó a monitorearlas en 1895–, informó hoy la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), lo que significa que está sufriendo su peor sequía en más de medio siglo, la cual afecta a 63 por ciento del territorio.
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